ADULTERIO

ESTUDIOS BIBLICÓ DE JOAQUÍN

El adulterio y su consecuencia

fb_img_1477506506188ADULTERIO: Relación sexual de una persona casada con otra persona que no es su cónyuge.

El adulterio es un pecado horrible. Es trágico que tantas personas se toman el pecado del adulterio a la ligera. El matrimonio es santo y sagrado.Jeremías 5: 8-9 Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba tras la mujer de su prójimo. ¿No había de castigar esto? dijo Jehová. De una nación como esta, ¿no se había de vengar mi alma?

Una chimenea es maravillosa, cálida y agradable a la vista. Pero si el fuego se sale fuera de la chimenea, va a quemar su casa. Dios hizo una chimenea. Se llama matrimonio. Dios espera que usted mantenga el fuego en la chimenea. Pero si dejas que el fuego salga de la chimenea, va a quemar su vida!

Hebreos 13:14 Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.

Estimado amigo, Dios odia el pecado de la fornicación y el adulterio, ya que están en contra de su plan para el matrimonio. Como hemos visto, la Biblia enseña que el matrimonio es honorable y el lecho sin mancilla; es decir, el sexo en los lazos del matrimonio es de Dios porque ÉL dijo en I Corintios 7: 2-3: “… cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido”, cumplan con su “deber conyugal”.

Vivimos en una generación adúltera cuyos ojos están llenos de adulterio …

Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición. 2 Pedro 2:14

Ahora escucha! La Biblia hace condenar este pecado a causa de su lujuria, la impureza y la perversión, como leemos en I Corintios 6:9 “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,”

Las consecuencias del adulterio

Pecado contra ti mismo 

El pecado del adulterio rompe el séptimo mandamiento por lo tanto está en contra de ti mismo. El acto de adulterio lleva su propio castigo: Te deja desnudo ante Dios y te pone bajo el terrible juicio y la ira de un Dios que odia el pecado. Te roba todo lo que es santo, puro, limpio y piadoso; te deja culpable, contaminado y sucio, y te conduce a la mentira, el robo, la codicia y el quebrantamiento de cuerpo y alma. 

El libro de Proverbios advierte acerca de las consecuencias del adulterio: la pérdida del honor y la fuerza (Proverbios 5: 9-11), una reputación arruinada (Proverbios 05:14), la esclavitud y la muerte (Proverbios 5: 22-23), la autodestrucción (Proverbios 06:32), la venganza de un marido celoso (Proverbios 06:34), la destrucción se destruye  ¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.“(Proverbios 6: 27-29).

Pecado contra la familia

El pecado del adulterio rompe el séptimo mandamiento por lo tanto está en contra de la familia. El pecado del adulterio te conduce a la ruptura de los hogares, destrozando la vida del esposo, esposa e hijos. No hay nada más sagrado en los ojos de Dios que el matrimonio, la infancia, la paternidad y la familia como una entidad. La primera institución que Dios hizo fue el hogar. Él dijo en Génesis 2:18 No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. Tristemente una de las causas del divorcio es el adulterio.

Pecado contra Dios

El pecado del adulterio rompe el séptimo mandamiento por lo tanto está en contra de Dios. Nuestro padre celestial, en su gran amor, hace que el hombre y la mujer se conviertan en una sola carne en el matrimonio; y el que peca contra este amor de Dios, gran falta ha cometido. Este pecado, querido amigo, es un golpe en el corazón de Dios.

Si tu has caído en adulterio, clama a Él por misericordia y verdadero arrepentimiento antes de que sea demasiado tarde! Confiesa a Dios que has deshonrado tu cuerpo, que has abandonado a tu esposo o esposa por el amor a él o ella, a roto tu casa, a robado el amor y el apoyo de tus hijos, pero sobre todo confiesa que usted es culpable de pecar contra el Dios santo y justo. Demuestrale que tu arrepentimiento es real por la ruptura de toda relación ilícita en ese momento, y comienza a vivir en la justicia y en la santidad de la verdad, por la gracia de Dios, todos los días de tu vida. Después de un verdadero arrepentimiento serás salvo y dedicado a caminar en una nueva vida con el Dios santo. Él te dará un corazón nuevo y una nueva naturaleza, y pondrá su Espíritu Santo dentro de ti, y te permitirá caminar en el camino de la justicia y de la santidad, por su gracia y por su poder día a día.

Ven a Dios con un corazón arrepentido y humillado y EL te perdonará

De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. Hechos 10:43

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isaías 1:18

NO TOQUÉIS A MIS UNGIDOS

ES TU DIOS BÍNDICO DE JOAQUÍN

¿NO TOQUÉIS A MIS UNGIDOS?
fb_img_1473740820123Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
1 JUAN 4:1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo
EFESIOS 5:11 y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas;
Hoy en día se usan a la libre e interesada interpretación de algunos, y han desarrollado una forma de caciquismo espiritual, el cual eleva y mantiene en una posición de intangibilidad a esos que se les ha venido a llamar, “nuevos ungidos”.
Esos líderes, no siervos, ya no son como solían ser; es decir, verdaderamente humildes, accesibles, transparentes, sufridos, enseñables (Tito 1: 7-9). No, ahora, subidos en sus imaginarios e intocables pedestales de religiosa infalibilidad, se pavonean ante todos en su supuesta superioridad, abrigados en soberbia, mostrando los preciosos colores de sus etéreas y suntuosas plumas, como los especialmente elegidos para liderar a sus súbditos correligionarios. Cualquier cuestionamiento que se les haga, es visto como un signo de rebelión. Muchos de ellos, saben como disimular su orgullo ante los demás, otros, ni siquiera se molestan en hacerlo, pero el resultado es el mismo, y su mensaje con el cual han sabido aleccionar muy bien a todos por años, les sirve de escudo y protección, también:
“¡NO TOQUEIS A MIS UNGIDOS!”, DICEN, Criticar o cuestionar cualquier cosa que digan o hagan; juzgar las evidencias de sus acciones, actuaciones, enseñanzas, conducta, etc. es inaceptable; ahora bien, muchos de ellos, o sus seguidores, a los que se oponen o discrepan, se permiten el lujo de atemorizarlos con y hasta con decretos no exentos de amenaza:
“¡AY DEL QUE TOCA AL UNGIDO!”, DICEN. Se defienden como gato panza arriba ante la crítica de sus enseñanzas o de su presunto ministerio por parte de los que nos atrevemos a hacerlo, la respuesta de ellos o de sus correligionarios, es siempre la de cuestionar los motivos; diciendo que tenemos envidia, celos, u odio, etc.
Por lo tanto, según ellos, al resto de los mortales, no se nos permite observar y denunciar sus desvaríos, así como reprenderlos (2 Timoteo 3: 16), por que caemos bajo el pecado de la murmuración, y la crítica, según dicen. Para ello – y entre otras actuaciones – esgrimen de forma inadecuada la Palabra, presentándonos diferentes ejemplos testamentarios sacados de su contexto e intención originales.
Veamos algo de esto último.
Comparando a los modernos “ungidos” con Moisés. Uno de estos ejemplos: la murmuración de María y Aarón contra Moisés, y el castigo que sufrieron (ver Números 12), sin comprender que los dos hermanos de Moisés realmente procedieron mal, llevados por los celos y el racismo, y no por una sana crítica
La murmuración es conversación en perjuicio de un ausente.
La crítica es examen y juicio acerca de alguien o algo.
Otro de los varios ejemplos que presentan, es el de la rebelión de Coré (Números 16), donde éste, Datán y Abiram, On, etc. “se levantaron contra Moisés con doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel…” (Números 16:1, 2). Poner ese caso como ejemplo, nos parece también un especial absurdo.
Coré y los demás, por envidia y rebeldía se levantaron contra la autoridad espiritual que Dios había colocado en su pueblo. Varias cosas hay que entender primeramente:
1. Moisés era un tipo de Cristo. Fue el mediador verdadero y escogido que Dios levantó para guiar a Su pueblo, sacándolo de Egipto y llevándolo a través del desierto hacia la Tierra Prometida. Levantarse contra Moisés en ese momento, sería como hoy en día levantarse contra Cristo hombre (1 Timoteo 2:5)
2. Hoy en día no existen figuras como la de Moisés, ya que vivimos en una dispensación muy diferente a aquella del antiguo Israel. Pero hay más;
3. Si Moisés hubiera hecho algo públicamente pecaminoso, malo o incorrecto, hubiera sido absolutamente lícito y escritural que se hubieran levantado personas para demandarle rectificación, exponiendo públicamente sus presuntos pecados. Eso no hubiera sido murmuración, ni crítica desautorizada, sino un acto de justicia. Eso último no ocurrió, porque Moisés fue fiel todos los días de su peregrinación (Números 12:7)
Si Moisés hubiera requerido de corrección o reprensión, pública o privada, habría que habérsela dado, porque Dios siempre ha tenido a sus profetas dispuestos para el caso, como fue con Natán respecto a David (2 Samuel)
No podemos usar la Biblia ni parte de ella, como un arma según nuestra conveniencia. Creo que todos aunque sea en teoría estaremos de acuerdo con esto. Cuando leemos en ella: “No toquéis… a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas” (Salmo 105:15), no podemos usar esa escritura para defender lo indefendible.
¿Qué tendrá que ver esto, con no reprender a aquellos que en la actualidad enseñan herejía o malas acciones al pueblo de Dios?
¡Absolutamente, nada! En ningún modo se puede justificar con esta frase, que no debamos atrevernos a cuestionar las enseñanzas de algunos de estos líderes “ungidos” de la actualidad, y a ellos mismos – muchos de ellos que lo son sólo en apariencia – ¡En ningún modo!
Si un hombre que dice serlo de Dios, públicamente enseña doctrina y acción heréticas y destructivas, aunque las presente adornadas con mil y un diferentes atuendos graciosos, no de gracia, tendrá que ser públicamente expuesta esa falsedad y a él mismo a través del ministerio de la Palabra, y si no se hiciera así, pecaría él y pecaríamos todos los que entendiendo la situación, no hiciéramos nada al respecto.
“No hay nada que haga más daño que el silencio de los inocentes o el silencio de los «buenos», en nuestro caso, el silencio de los buenos cristianos.
Nada entristece más que el hielo de la indiferencia o de los oídos tapados, ante la denuncia de situaciones en extremo graves, es decir, mortales, en nuestra amada Iglesia. Sentimos que la Iglesia evangélica de nuestros días se precipita cuesta abajo en caída pavorosa a la apostasía y la perversión o corrupción del evangelio que se predica y practica en muchísimas congregaciones.” Y sigue diciendo el hermano:
“Es una situación similar a la que vivió Charles Spurgeon, en el siglo XIX, cuando tuvo que enfrentarse a los nuevos vientos de doctrina o herejías del modernismo, el liberalismo y otros movimientos que se repiten amplificadamente hoy. Spurgeon se vio obligado a renunciar a su concilio de la Unión Bautista, donde casi todos se le habían opuesto o callaban ante sus denuncias. Precisamente, Spurgeon había titulado sus mensajes de esa controversia dentro de la Iglesia, «El declive» («Down-Grade», o la cuesta abajo, el despeñadero, etc.). Sabemos donde comienzan o donde han llegado hoy las herejías, pero no sabemos hasta donde puedan llegar en próximos años.
Es escandaloso lo que estamos viendo”. No podemos jugar más al cómodo y pueril “silencio de los corderos”, el deber de cada verdadero creyente es el de ser celoso y activo en la defensa de la fe:
“No osaremos mantenernos en silencio – ¡no debemos! -, ni nos dejaremos llevar del miedo a hablar por temor a ofender o a causar divisiones, mientras se falsea la fe una vez dada a los santos. No debemos contemporizar, porque ello no ayuda sino que estorba la causa de la verdad. Dejar de contender ardientemente por la fe deshonra a Dios. Si el amor de Cristo gobierna nuestros corazones, entonces contenderemos ardientemente por la fe que Él nos ha dado” El miedo a levantar la voz, no es manifestación del amor sino que es obra del enemigo, no nos engañemos. Ahora es tiempo de proclamar desde las azoteas eclesiales (Lucas 12: 3) el valiente mensaje de exhortación y reprensión, porque la palabra profética se está cumpliendo de forma ineludible en estos días finales: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4: 3, 4)
Más que nunca antes, es menester que cada verdadero creyente se levante como fiel atalaya de Cristo, no consintiendo el engaño y la falacia, sino predicando la Palabra, instando a tiempo y fuera de tiempo, redarguyendo, reprendiendo, exhortando con toda paciencia y con la doctrina de Cristo.
Tristemente, hoy en día, los que son llamados a ser ese tipo de atalayas celosos de Dios, están durmiendo en sus puestos de guardia, cumpliéndose en su totalidad el dicho del profeta Isaías:
“Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado”. (Isaías 56: 9-11)
Cuando uno busca sólo su propio provecho, sólo busca el provecho del diablo. Cuando uno sólo busca el Reino de Dios y Su justicia, sólo está buscando el provecho de Dios. Hagamos esto último, aunque muchos rechinen los dientes y continúen maldiciéndonos.
“Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5: 10-12)
¿usted tiene miedo a ser perseguido por denunciar a los falsos maestros?

JESÚS ES BUEN PASTOR

ESTUDIO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN
JUAN CAPÍTULO 10

10:1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta — En este discurso Jesús sigue pronunciando juicio (9:39-41) sobre los judíos (los líderes). Los fariseos y escribas profesaban ser los únicos oficiales (pastores) y guías del pueblo (9:24, 29). Acababan de hacer uso de su autoridad al expulsar al ciego que fue sanado (9:34), pero Jesús vino al mundo para que los que profesaran ver fueran cegados (9:39). Lo que Jesús dice ahora (10:1-18) va dirigido a ellos. Desde luego, el que entra por la puerta es el verdadero pastor (10:2), y los que no entran por la puerta son falsos pastores. Se refiere a los fariseos y escribas (Mat. 15:14, los guías ciegos). Dios no autorizaba su conducta (Mat. 23) ni sus tradiciones humanas (Mat. 15:8, 9). No podían, pues, guiar las ovejas a través de la puerta.
— en el redil de las ovejas, — (aule, un patio abierto delante de una casa; luego, un cercado a cielo abierto … El redil estaba rodeado por lo general por un muro de piedra, Nm 32:16, y se situaba preferiblemente cerca de un pozo, Ex 2:16; Sal 23:2, y a menudo era protegido por una torre, 2 Cr 26:10; Mi 4:8″ (WEV).
— sino que sube por otra parte, — Por encima de la pared. Jesús fue enviado por el Padre, y los líderes de los judíos, a quiénes Jesús se dirigía, habían venido de su padre el diablo (8:44).
— ése es ladrón y salteador (leistes, 12:6, Judas; 18:40, Barrabás; Mat. 27:38, 44, los «ladrones» que fueron crucificados con Jesús; el salteador que usa violencia para robar). — En el Antiguo Testamento hay muchos textos que hablan de falsos maestros (Ezeq. 34:1-7; Jer. 33:1-6; Zac. 11:4-11) y otros textos hablan de Dios como el Pastor fiel (Sal. 23;; 80:1, etc.), como también profetizaron del Mesías como el Pastor del pueblo de Dios (Ezeq. 37:24).
Hay que notar la relación de las figuras del capítulo 10 con la narración del capítulo anterior: como falsos pastores los fariseos trataron al que nació ciego con crueldad; por eso, fueron juzgados como ciegos por Jesús. Por causa de su carácter malvado, estos guías, eran clasificados como ladrones y salteadores. Por causa de la falta de amor de ellos por las ovejas, Jesús habla del amor que El tiene por las ovejas, y que El da su vida por ellas. Ellos indicaron que querían dar muerte a Jesús; por eso, El dijo que nadie le quitaba la vida, sino que El mismo la daba.

10:2 Mas el que entra por la puerta, el (un) pastor (poimen) de las ovejas es. — No el pastor, sino un pastor, porque no se describe la persona sino el carácter. Jesús había explicado repetidas veces que El había descendido del Padre (8:23, 42, 44; 9:30, 32, 33, 36).
En esta alegoría (10:6) el rebaño es la iglesia, Cristo es la puerta y también el Buen Pastor, el Pastor legítimo (10:11, 14; 1 Ped. 2:25; 5:4; Heb. 13:20. 14).
A los ancianos u obispos se les llaman pastores (Hech. 20:28; 1 Ped. 5:3).

10:3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; — El bautista A. T. Robertson dice, «Oyen su voz. Oír y obedecer (versículo 27)». Véase 5:25, notas. Si los bautistas y otros calvinistas pueden entender que oír quiere decir oír y obedecer, ¿por qué no pueden entender que creer quiere decir creer y obedecer? Esta es la gran inconsecuencia de los calvinistas que enseñan que el hombre se salva por la fe sola.
— y a sus ovejas llama por nombre, — Hasta la fecha los pastores orientales dan nombres a las ovejas. Los pastores de una congregación deben conocer bien a los miembros.
— y las saca. — Las saca yendo delante de ellas.

10:4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, — No las expulsa sin causa como los fariseos expulsaron al que nació ciego, sino que las saca para guiarles a los «delicados pastos» y a «las aguas de reposo» (Sal. 23:2).
— va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. — Los pastores no son vaqueros, porque las ovejas no son vacas. Lamentablemente hay pastores que no han entendido esto. Los fieles pastores saben que solamente tienen que guiar por medio de su ejemplo (1 Ped. 5:3) y la sana doctrina para que las fieles ovejas le sigan.

10:5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. — Los extraños eran los escribas y los fariseos. Los extraños no van delante de las ovejas, sino que como tiranos las sujetan y controlan. «Al ver las multitudes, (Jesús) tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor» (Mat. 9:36). La gente tenía miedo de sus líderes religiosos (9:22) y se sometía a ellos, pero no les seguían como ovejas siguen a sus amados pastores.
En una ocasión un visitante en Palestina dijo a uno de los pastores que las ovejas no seguían la voz del pastor, sino que le seguían porque conocían su vestido. Entonces el pastor cambió su ropa con el visitante y cuando éste llamó a las ovejas, no le hicieron caso, pero cuando el pastor les llamó se acercaron a él .
Los que siguen al Señor no serán engañados por falsos pastores. «Huirán como si se tratara del lobo o de la plaga». Es indispensable que con mucha instrucción todo discípulo sea confirmado en la fe (Hech. 14:22; Col. 2:7, «arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe»), para no ser como «niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina» (Efes. 4:13). Es triste decirlo pero muchas almas inestables sí conocen la voz de extraños y han caído en error: algunos han aceptado doctrinas del calvinismo, otros han aceptado los errores del institucionalismo y la centralización de los fondos de muchas iglesias en una iglesia patrocinadora, otros han aceptado las doctrinas de conveniencia con respecto al divorcio y segundas nupcias, y aun otros han aceptado los errores de los que prohíben que la iglesia tenga clases bíblicas o que use copitas para repartir el fruto de la vid.

10:6 Esta alegoría — paroimian, 16:25, 29; proverbio, 2 Ped. 2:22; pero aquí alegoría es la traducción correcta. (Juan no emplea la voz parábola).
— les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía. — ¿Por qué no entendieron? Eran muy orgullosos. Tenían un concepto muy alto de sí mismos y de su conocimiento (7:49). Jesús preguntó a Nicodemo, «¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?» (3:10). «La idea del cuidado amoroso era tan ajena a la naturaleza de los fariseos que ellos no podían comprender las figuras que expresaban tal pensamiento». Aun cuando Jesús no les habló en lenguaje figurado no le entendieron (8:43), porque para ellos la enseñanza de Jesús era como un idioma extranjero. No entendieron porque no vieron con sus ojos, ni oyeron con sus oídos, etc. (Mat. 13:15). No entendieron porque «el velo está puesto sobre el corazón de ellos» (2 Cor. 3:15).

JESÚS EL BUEN PASTOR
10:7 Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas (Hech. 4:12). — Puesto que no entendieron, Jesús les habla con toda claridad, afirmando su autoridad divina, y que El es la única entrada al Padre (14:6; Efes. 2:18; Heb. 10:20), porque El daría su vida por las ovejas (10:11, 17, 18). Al revelar al Padre y su voluntad y al dar su vida por las ovejas Jesús abrió la puerta para que todos puedan entrar en comunión con Dios.
¿Está abierta esta puerta o cerrada? Está abierta para los ciegos (los humildes como el que nació ciego, 9:35-38), pero cerrada para los que pensaban que ya veían (9:39).

10:8 Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; — desde luego, no se refiere a Moisés y los profetas, sino a los pastores falsos mencionados tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. A través de los siglos ellos han profesado ser los pastores de Israel, pero Ezeq. (cap. 34) denuncia a los tales como falsos pastores que se apacientan a sí mismos (34:2). Jesús les acusó de ser «ciegos guías» que devoraban «las casas de las viudas» (Mat. 23:14).
Pero estos creían que no solamente venían antes de Cristo en cuanto al tiempo, sino que también creían que venían antes de El en cuanto a su autoridad. Lo mismo se puede decir de todos los que fundan religiones, porque de igual manera rehúsan someterse a Cristo.
Entre los ladrones y salteadores había hombres que profesaban ser pastores (Mat. 7:15; Hech. 20:19) pero las ovejas no les hicieron caso.

10:9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará (para protección y seguridad), y saldrá (con plena libertad en Cristo), y hallará pastos (Sal. 23:2; encontramos toda bendición espiritual en Cristo, Efes. 1:3). El que cree en Cristo (Jn. 8:24), se arrepiente de sus pecados (Luc. 13:3, 5), confiesa a Cristo como el Hijo de Dios (Mat. 10:32; Hech. 8:37), y se bautiza para perdón de los pecados (Hech. 2:38) entra por la puerta en el rebaño de Cristo. Los que obedecen al evangelio son añadidos a la iglesia (Hech. 2:47). «Fuimos todos bautizados en un cuerpo» (1 Cor. 12:13).

10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; — De esta manera Jesús describe el papel de los guías religiosos que maltrataban al pueblo de Dios. En la actualidad los falsos pastores y las religiones falsas siguen hurtando y matando y destruyendo a sus feligreses, porque se extravían y no perseveran en la doctrina de Cristo (2 Jn. 9). No hay esclavitud más opresiva que la esclavitud religiosa (Mat. 23:15; Gál. 4:8, 9).
— yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. — «Lo opuesto a matar y destruir es dar vida. Y lo opuesto al ladrón es el buen pastor, Cristo. Por esto Jesús dice, (de gracia, 1:16; Ro. 5:17, 20; Ef. 1:7, 8; de gozo, 2 Co. 8:2; de paz, Jer. 33:6). Véase también 2:6, 7; 4:14; 6:13, 32. Estos pasajes muestran que Jesús siempre da en medida superabundante, en exceso».
¿Qué pensamos de la clase de vida enseñada por Cristo? ¿Creemos que es una vida aburrida, de puras prohibiciones? ¿Creemos que uno no puede hacer nada de lo que quisiera hacer? ¿Creemos que Dios siempre busca fallas en nosotros para poder castigarnos? Según parece, algunos piensan que Dios nos ha creado de tal manera que la vida de pecado sea más abundante, más rica, más placentera y mejor en todo sentido que la vida de santidad entregada al servicio de Dios. El corazón no está bien con Dios si no entiende que la vida espiritual en Cristo es abundante, una vida de gozo y satisfacción.
Jesús vino al mundo para dar vida a los que estaban en el valle de los huesos secos (Ezeq. 37:1-14) y para ser su Pastor (34:24).

10:11 Yo soy el buen pastor; — Jehová es el Buen Pastor (Sal. 23; 79:13; 80:1; 95:7; Ezeq. 34:11-16) y Cristo es el Buen Pastor. Por eso, Cristo es Dios. Con esta figura Jesús vuelve a afirmar su deidad. ¿Qué hombre se atrevería a decir, «Yo soy el buen pastor»?
En la primera parte del capítulo 10 Jesús describe el contraste entre el carácter de los buenos pastores y los malos pastores, y ahora afirma que El mismo es el Buen Pastor.
La palabra kalós (bueno) «llama la atención a la belleza de carácter y servicio como Error! Reference source not found. (1 P. 4:10), Error! Reference source not found. (1 T. 4:6)» (WH). Es bueno y hace buenas obras (10:32, 33).
— el buen pastor — La palabra buen traduce kalós. Juan dice «el pastor, el bueno». La nota acerca de esta palabra en el margen del Interlineal de Lacueva dice, «Lit. excelente (El pastor ideal, o el modelo de pastores)». Compárense otros textos que emplean la palabra kalós: 10:32, «buenas obras» (compárese Mat. 5:16); Luc. 21:5, hermosas piedras (del templo); Mar. 9:50, «buena es la sal» (apropiada, excelente para su propósito); 1 Tim. 4:6, «la buena doctrina».
— su vida da por las ovejas. — 10:15, 17, 18; 1 Jn. 3:16; el mismo verbo se usa en 13:4, «se quitó su manto». En el ver. 14 dice, «Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen», pero el énfasis aquí en el ver. 11 es que el buen pastor su vida da por las ovejas.
El trabajo del pastor oriental era peligroso. El era el único responsable por las ovejas. El profeta Amós (3:12) dice, «el pastor libra de la boca del león dos piernas, o la punta de una oreja». David arriesgaba su vida para proteger las ovejas (1 Sam. 17:34-36). David tenía corazón de pastor, como tipo del Hijo de David, nuestro Señor Jesucristo quien puso su vida por sus ovejas (1:29; 1 Jn. 2:2). Isa. 31:4 habla de un grupo de pastores que luchan contra el león.
«En su libro The Land and the Book, el Dr. W. M. Thomson escribe: ‘He escuchado con profundo interés sus descripciones gráficas de las luchas crueles y desesperadas con estas bestias salvajes. Y cuando se acercan el ladrón y el salteador (cosa que hacen, por cierto) el pastor suele tener que arriesgar su vida para defender al rebaño. Conocí más de un caso en el cual la entregó en la lucha. Un pobre muchacho luchó la primavera pasada entre Tiberias y Tabor, contra tres salteadores beduinos hasta que lo destrozaron con sus armas y murió entre las ovejas que defendía'» (WB).
Probablemente algunos de los oyentes supieran de casos de pastores que perdieron su vida por las ovejas. Se podría decir que arriesgaban su vida por las ovejas, pero no se podría decir de ninguno que querían morir por las ovejas. Habrá casos de pastores que murieron tratando de defender las ovejas, pero no obstante el gran peligro, muchos pastores no mueren por sus ovejas.
Pablo dice (Hech. 20:29, 30) que de entre los mismos pastores (ancianos) de la iglesia se levantarían lobos rapaces. Así es que los enemigos que atacan a las ovejas no siempre vienen de afuera.
En la muerte de un pastor de Palestina no había eficacia; más bien, si los asaltantes o fieras pudieran dar muerte al pastor, podrían acabar con las ovejas. Pero la muerte de Cristo efectuó nuestra salvación (Isa. 53:12; Mat. 20:28).
Ningún pastor — aun de los más fieles y dedicados –, podría levantarse de entre los muertos. Cristo es el único Pastor que podía hacerlo.

10:12, 13 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, — Los fariseos y otros líderes judíos eran extraños, ladrones, asaltadores y además, asalariados. No se condena el recibir salario, porque «el obrero es digno de su salario» (Luc. 10:7), pero «el asalariado» no ama las ovejas sino solamente su salario. En el cap. 5 vemos que los fariseos no amaban al inválido de Betesda; en el cap. 8 vemos que no amaban a la mujer pecadora; en el cap. 9 vemos que no amaban al que nació ciego; y estos casos eran solamente tres entre muchos, porque así eran ellos. El bienestar de la gente no les importaba.
Muchos pastores no eran dueños de las ovejas que pastoreaban, pero habían de cuidar de ellas (y aun dar su vida por ellas) como si fueran propias. ¡Así era el trabajo del pastor! Pero el asalariado no está dispuesto a sufrir por el rebaño, sino que solamente quiere sacar provecho personal. Compárese 1 Ped. 5:2, «Apacentad la grey de Dios … no por ganancia deshonesta» (1 Ped. 5:2). Uno de los requisitos de los obispos es que no sea «codicioso de ganancias deshonestas» (1 Tim. 3:3).
— ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. — No ama las ovejas sino el salario. (Ezeq. 34:5; Zac. 11:6). No le importa la oveja, sino que solamente ama su salario y quiere salvar su propia vida. Pero el Buen Pastor no permite que el lobo las arrebate de sus manos (10:28, 29), y en lugar de dispersarlas El las recoge en un rebaño (10:16).

10:14, 15 Yo soy el buen pastor; — Entre los más hermosos textos de la Biblia son aquellos que hablan de Dios como el Pastor de su pueblo: p. ej., Sal. 23:1, «Jehová es mi pastor; nada me faltará … «; Isa. 40:11, «Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos … «; Ezeq. 34:11-16, «Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas … «.
Cuando los líderes no son fieles, el pueblo de Dios se compara a ovejas sin pastor: Núm. 27:15-17, «Ponga Jehová … un varón sobre la congregación … para que … no sea como ovejas sin pastor»; 1 Reyes 22:17, «Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor»; Ezeq. 34:5, «Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado»; Mat. 26:31, «Jesús les dijo: … heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas».
Al pecar el pueblo de Dios se compara con ovejas descarriadas: Isa. 53:6, «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino»; Jer. 50:6, «Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por lo montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles»; Ezeq. 34:6, «Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas»; Luc. 15:4, «¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?»
Lo valioso y lo precioso de una oveja se ve en 2 Sam. 12:2, 3, «El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija».
Para destacar la persecución que los apóstoles habían de sufrir, Jesús les dice, «Yo os envío como a ovejas en medio de lobos» (Mat. 10:16).
— y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, — Los falsos pastores no conocían al que nació ciego. No se preocupaban por él cuando «se sentaba y mendigaba»(9:8) y cuando recibió la vista solamente querían acosarle.
— así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; — Jesús podía revelar al Padre porque conocía al Padre.
La relación entre el Buen Pastor y sus ovejas es semejante a la relación entre El y el Padre. Hay mutuo amor y comprensión. Compárese 17:21-23; debe haber unidad entre el pueblo de Dios como la unidad entre el Padre y el Hijo. El nos conoce, conoce nuestros nombres, dónde vivimos, etc., y nosotros lo conocemos y llevamos su nombre, tenemos la mente de Cristo, porque somos guiados por su voluntad.
Conocemos al Señor si aprendemos su voluntad y cumplimos con la misma. Conocemos a Dios y somos conocidos por Dios (Gál. 4:9). En el Día Final a algunos que creían que lo conocían les dirá, «Nunca os conocí; Apartaos de mí» (Mat. 7:23). «Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él» (1 Jn. 2:4).
— y pongo mi vida por las ovejas. — Otra vez Jesús anuncia su muerte (Mat. 16:21; 12:31). El amor verdadero se puede observar en sus acciones.

10:16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. — Durante su ministerio personal Jesús envió a los apóstoles a predicar, diciéndoles, «Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (Mat. 10:5, 6; véase también Mat. 15:24). Pero Jesús preparaba el terreno para poder derribar la pared de separación entre judíos y gentiles: p. ej., recordemos lo que Jesús dijo del centurión (Mat. 8:10) y cómo enseñó a los samaritanos (Jn. 4); el que ayudó al hombre caído por el camino fue un samaritano. Véase Mat. 8:11; Luc. 13:28.
¿Por qué envió el evangelio a los judíos primero? Rom. 1:16. En primer lugar, porque eran el pueblo escogido de Dios, y era de esperarse que les diera la preferencia. Pero otro motivo muy importante era la gran ventaja de ganar discípulos primero entre judíos para que las sinagogas sirvieran como lugares estratégicos para alcanzar también a los griegos. Esto se ve durante los viajes de Pablo y sus compañeros (13:42-48; 17:4).
Los judíos eran de «este redil», y las «otras ovejas» son los conversos gentiles (11:52; 12:32; Hech. 18:10; Efes. 2:14-16). Las «otras ovejas» no serían traídos al redil del judaísmo, sino que los que «son de este redil» y «las otras ovejas» que iba a traer iban a componer un nuevo rebaño. «Derribando la pared intermedia de separación … para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo» (Efes. 2:14-16).
Jesús y los apóstoles emplean varias metáforas para ilustrar diferentes aspectos de la relación entre Dios y su pueblo.
— reino: «vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán … en el reino» (Mat. 8:11).
— cuerpo. (Efes. 1:22, 23; 2:16; 4:4).
— templo. (1 Cor. 3:16; 6:19; Efes. 2:19-21).
— casa. (1 Tim. 3:15; Heb. 3:6).
— iglesia. (Mat. 16:18; Efes. 1:22, 23).

10:17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. — Por eso, el Padre lo amó y lo exaltó (Fil. 2:9-10). Jesús no iba a perder su vida por circunstancias que estuvieran fuera de su control; más bien, todos los detalles de su vida terrenal estaban bajo su control, y El dio su vida. Jesús murió porque por ese motivo vino al mundo. El nació para morir.
¿Por qué les dijo que podía volver a tomar su vida? Posiblemente para evitar que se jactaran cuando El fue crucificado. Ellos no ganaron ninguna victoria sobre Jesús. Todo sucedió de acuerdo al plan de Dios. No podían darle muerte hasta que llegara su hora, de la cual habló varias veces. En esta misma ocasión «los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle» (10:31) «pero él se escapó de sus manos» (10:39). Todo aspecto de la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo fue programado por Dios. El dirigió el drama, desde el principio hasta el final.
También al explicar que volvería a tomar su vida evitaría el exceso de tristeza entre sus discípulos.
Para Jesús la cruz ya era una realidad, y su resurrección era igualmente una cosa segura. De ella no tuvo ninguna duda.

10:18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder (autoridad, LBLA) para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. — Hech. 2:22. La muerte de Jesús ocurrió conforme al plan de Dios. Era la voluntad de Dios que Jesús diera su vida por el hombre, Cristo quería dar su vida por el hombre, y El tenía poder o autoridad para llevar a cabo su propósito de morir por los hombres, y nadie ni nada pudiera evitarlo.
En esto vemos la unidad de lo que el Padre hace y lo que el Hijo hace: el Padre entregó al Hijo y el Hijo entregó su vida; el Padre levantó al Hijo y el Hijo volvió a tomar su vida. Lo que el uno hace, el otro hace también. Los hermanos que enseñan que Jesús no tenía poder inherente (poder propio) enfatizan mucho que el Padre tuvo que levantarlo y rehúsan hacer caso de este texto que afirma que Cristo mismo tenía «poder para volverla a tomar». Si Cristo tenía poder para volver a tomar su vida (poder para resucitar de entre los muertos), ¿por qué algunos de nuestros hermanos se esfuerzan tanto en negar el poder inherente de Cristo? Los evangelistas y todo cristiano debemos hacer todo lo posible por exaltar y magnificar el nombre de Jesucristo, pero parece que algunos hermanos están resueltos a despreciarlo, porque enseñan que cuando Cristo vino a la tierra, era simplemente como uno de los apóstoles, porque el único poder que tenía era el poder que recibió del Padre o del Espíritu Santo. Esta doctrina falsa niega la deidad de Cristo y, por eso, no debe ser tolerada.
Jesús tenía poder para poner su vida y para volverla a tomar, pero nosotros no tenemos tal poder. Al morir somos como el agua derramada sobre la tierra que no se puede recoger.

10:19 Volvió a haber disensión (división, LBLA) entre los judíos por estas palabras. — ¿Qué cantaron las huestes celestiales cuando Jesús nació? ¿En la tierra paz, buena voluntad para con los hombres (como dice nuestra versión (la Versión Reina-Valera de 1960)? ¿Jesús iba a traer paz y buena voluntad a la humanidad? La versión LBLA es más correcta: «en la tierra paz entre los hombres en quienes El se complace». Esto concuerda mejor con Mat. 10:34-36. Desde luego, Jesús quiere que haya paz en la tierra, pero lo que causa la disensión es la mente carnal de los hombres.
A través de este relato Juan llama la atención a la disensión entre los judíos mismos con respecto a Cristo: 6:52, 69, 66; 7:12, 25, 43; 8:22; 9:16, 17; 10:19, 24, 41; 11:37; 12:19, 29, 42; 16:18, 19.

10:20 Muchos de ellos decían: Demonio tiene, y está fuera de sí; ¿por qué le oís? — Los demonios hacen prodigios pero son mentirosos (Mat. 24:24; 2 Tes. 2:9).

10:21 Decían otros: Estas palabras (que el Buen Pastor conoce y ama a sus ovejas y da su vida por ellas) no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos? — Solamente Dios abre los ojos de los ciegos (Ex. 4:11; Sal. 146:8). Por eso, esta pregunta esperaba una respuesta negativa: «Seguramente no creen que el demonio abre los ojos de los ciegos, ¿verdad?» Los demonios quitan la vista pero no la dan. Algunos de los judíos, pues, razonaban correctamente sobre este punto, pero otros persistían en decir que Jesús estaba endemoniado (esto equivalía decir que estaba loco).
Todo el mundo se enfrenta con la cuestión que inquietaba a los judíos: ¿Jesús de Nazaret era un loco o un ser divino? No hay término medio. Es en extremo absurdo decir que Jesús era uno de los mejores hombres y maestros del mundo pero que era simplemente un hombre. Esto no puede ser. Aun estos judíos, aunque fanatizados, entendían mejor el punto, y optaron por acusarle de estar endemoniado (loco). Es una conclusión lógica: si no era el Hijo de Dios, entonces estaba loco.
Entonces, ¿qué se piensa de sus palabras (sus enseñanzas)? Son enseñanzas de un loco?
¿Sus acciones? ¿Son acciones de un loco?
¿Qué efecto ha tenido sobre otros? ¿Qué otro loco ha tenido la influencia que Jesús ha tenido sobre la humanidad?
10:22, 23 Celebrábase en Jerusalén la fiesta de la dedicación. — «Fue instituida por Judas Macabeo para celebrar anualmente la purificación del Templo (165 a.C.), que había sido profanado en 162 por orden de Antíoco Epifanes. Era parecida a la de los Tabernáculos, y los judíos la celebran hasta hoy» (VE). «No era una de las grandes fiestas, y podía ser observada en cualquier lugar sin acudir a Jerusalén».
— Era invierno, y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón. — Los detalles de esta clase son importantes porque indican que Juan era testigo ocular.

10:24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma (¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente — Querían que Jesús hiciera una declaración formal para poder acusarle. Jesús dijo con toda claridad a la mujer samaritana (4:26) y al que nació ciego (9:37) que El era el Mesías, pero si hubiera hablado tan explícitamente a los fariseos afirmando que era el Mesías, habrían entendido que El estaba dispuesto a ser su rey para librarles de los romanos.

10:25 Jesús les respondió: Os lo he dicho (que El es el Mesías), y no creéis (10:27; Luc. 22:67; no creyeron por causa de su malicia y porque se habían tapado los oídos y los ojos); las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; — 5:36; 10:37, 38, «aunque no me creáis a mí, creed a las obras». «Cualquiera puede discutir acerca de las palabras; pero no cabe ninguna discusión acerca de las obras. Cualquiera puede dudar y discutir con todo derecho sobre las afirmaciones que alguien hace acerca de sí mismo; pero no puede discutir cuando se enfrenta con las obras de esa misma persona».
Las obras de Jesús decían la misma cosa que sus enseñanzas. No había diferencia alguna entre su mensaje y sus obras, pero los judíos no estaban dispuestos a juzgar las palabras de Jesús a la luz de sus obras las cuales probaron que Dios estaba con El.
Desde luego, diariamente Jesús se identificaba a sí mismo con el Padre (p. ej., 5:19; 8:58), y su enseñanza y sus obras demostraban que El era el Mesías. Cuando le preguntaron, «¿Tú, quién eres?», El contestó, «Lo que desde el principio os he dicho» (8:25).
Las obras que Jesús hacía eran las señales («Un obra hice, y todos os maravilláis … sané completamente a un hombre», 7:21, 23), y eran las obras del Padre (5:36; 9:4; 10:32, 37, 38). Después de sanar al paralítico de Betesda dijo, «No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre» (5:19). «Como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida» (5:21).
Por lo tanto, el Padre dio su testimonio acerca del Hijo por medio de las obras milagrosas (señales) hechas por el Hijo. De esta manera el Padre confirmó que lo había enviado. «Sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él» (3:2).
Los principales sacerdotes dieron su testimonio acerca de las señales de Jesús: «¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales» (11:47). Recuérdese lo que este texto dice: ¡Este hombre hace muchas señales! Entonces ¿por qué no aceptaron que El era el Mesías? Porque ellos esperaban otra clase de mesías.
Había mucha disensión entre los judíos a causa de las señales de Cristo. «Entonces algunos de los fariseos decían: Ese hombre no procede de Dios, porque no guarda el día de reposo. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer estas señales? Y había disensión entre ellos» (9:16). «Estas palabras no son de endemoniado. ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?» (10:19-21).
Las obras (señales) no solamente confirman la revelación de Dios, sino que ellas mismas son una revelación de Dios. Las señales hechas por Cristo decían y dicen que El es el Cristo (el Mesías), el Hijo de Dios.
Los judíos no negaron la realidad de las señales. Más bien, negaron el mensaje (la revelación) de las señales; es decir, reconocieron que Jesús hacía milagros, pero rehusaron aceptar que Jesús era el Mesías, porque El no era el mesías que ellos esperaban. Por lo tanto, rehusaron ser justos y sinceros en cuanto al significado de los milagros de Jesús.
Juan registra siete señales hechas por Cristo:
1) Convirtió el agua en vino (2:1-11) y al hacerlo se manifestó como el Señor de la creación. Siendo Creador El había creado la vid por la cual el agua debe pasar para formar la uva. El mismo Creador podía convertir el agua en vino sin que pasara por la vid.
2) Al sanar al hijo del oficial del rey (4:46-54), se manifestó como el Señor sobre la distancia y el espacio, porque lo sanó desde lejos. Compárese Luc. 7:6-10. No había barreras que estorbaran el poder de Cristo.
3) Al sanar al paralítico de Betesda (5:1-9) se manifestó como el Señor sobre el tiempo. Si «hacía treinta y ocho años» o treinta y ocho minutos «que estaba enfermo», para Jesús era lo mismo. Había gran diferencia entre la tradición de la gente con respecto a la agitación del agua, y la realidad del poder de Jesús.
4) Al multiplicar los panes y peces (6:1-14) se manifestó otra vez como el Señor de la creación. El creó granos de trigo que crecen para alimentar una multitud, pero el mismo Creador puede eliminar el proceso hecho posible por el sol, la lluvia y la fertilidad del terreno, y en un momento producir la misma cantidad. De cualquier modo El provee para las necesidades físicas del hombre.
5) Al andar sobre el agua (6:16-21) se manifestó como el Señor sobre las fuerzas naturales (el viento y las olas), como también el Señor sobre la fuerza de la gravitación. Al mismo tiempo manifestó su preocupación por sus discípulos que estaban solos en medio de la tormenta. Quiere que sepamos que El está presente cuando necesitemos algo y que en sus manos está el control de todas las fuerzas del mundo natural.
6) Cuando abrió los ojos del hombre que nació ciego (9:1-12), se manifestó como la luz del mundo (8:12; 9:5), el Señor sobre las tinieblas, como también sobre las adversidades del hombre. El es capaz de cambiar las tinieblas en luz y hacernos olvidar los años de tinieblas en las que hemos andado.
7) Por último, como el clímax de las señales, al levantar a Lázaro de entre los muertos (11:39-44) se manifestó como (la causa de) la resurrección y la vida (11:35).
Estas señales (obras del Padre) clara y ampliamente revelan la deidad de Jesús de Nazaret.

10:26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. — Ellos no creían el testimonio irrefutable del Padre. No creyeron las señales que eran los hechos del Padre, el testimonio del Padre.
¿Qué significa la expresión «no creéis, porque no sois mis ovejas»? ¿Significa que por no ser las ovejas de Cristo no podían creer? Según el calvinismo, no eran sus ovejas porque Dios había predestinado que fueran perdidos y, por eso, no podían creer, pero en realidad no eran ovejas simplemente porque no creían; es decir, se condenaban a sí mismos. Las obras y la enseñanza de Jesús no les convencieron para que le siguieran como ovejas. Los que no están dispuestos a creer no pueden ser convencidos por medio de argumentos intelectuales, ni siquiera por señales como las que Jesús hacía.

10:27-29 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, — 10:4, 5, 14-16; Hech. 13:43-48; 18:10; 2 Tim. 2:19. Si un extraño (un desconocido) les llama, aunque sea con una voz muy suave y piadosa, las ovejas de Cristo se espantan y huyen como si fuera un lobo. Entre más las llame el extraño, más rápido huirán las ovejas. Pero cuando el pastor llama, corren hacia él y le siguen.
— y yo les doy vida eterna; — ¡He aquí el plan de salvación! Las ovejas oyen, Jesús las conoce, le siguen, y les da vida eterna.
— y no perecerán jamás, — La palabra perecer no significa la aniquilación, sino la pérdida del bienestar espiritual; es decir, nunca serán separadas de Dios.
— ni nadie (p. ej., el ladrón y salteador, 10:1; el lobo, 10:12; el león rugiente, 1 Ped. 5:8) las arrebatará de mi mano. — Rom. 8:37-39.
— Mi Padre que me las dio (6:37), es mayor que todos, — En cuanto a su deidad Jesús no se incluye a sí mismo en la palabra todos, porque El es igual al Padre (5:18) y siendo uno (10:30) son inseparables. (Véase 10:28, notas).
— y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. — Nadie puede vencer al Padre para quitar de las manos de Jesús las ovejas que oyen su voz y le siguen pero, desde luego, las ovejas pueden dejar de oír y seguir a Jesús.
Los calvinistas (p. ej., los bautistas) citan este texto para probar la doctrina de la llamada «perseverancia de los santos» (la imposibilidad de la apostasía), pero Jesús no dice que las ovejas no pueden dejar de oír su voz ni dejar de seguirle. No enseña que se les quita a las ovejas el libre albedrío. «Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre» (1 Crón. 28:9).
Muchos textos enseñan que las ovejas pueden dejar de oír a Jesús y dejar de seguirle. Jesús lo enseña en este mismo libro (15:4-7). Pablo lo enseña en 1 Cor. 9:27; 10:12; Gál. 5:4, y en muchos otros textos. También Pedro, Juan y los otros escritores del Nuevo Testamento lo enseñan. Lamentablemente muchas ovejas han dejado de oír y seguir a Jesús: p. ej., 1 Tim. 1:19, 20; 2 Tim. 2:17, 18; 2 Tim. 4:10; Heb. 6:4-8; 2 Ped. 2:20-22. En la actualidad lo mismo sucede.

10:30 Yo y el Padre uno somos. — 5:19; 8:19; 12:45; 14:9; 17:21-23. Los que aceptan que las obras de Cristo son las obras del Padre entienden esta afirmación (10:37, 38). El problema principal de los judíos era que no conocían al Padre (5:37, 38; 8:19); por eso, no reconocían que las obras de Jesús eran las obras del Padre.

10:31, 32 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle (8:59; Lev. 24:14-16). Jesús les respondió: (sus acciones «hablaron» y El las contestó) Muchas buenas (kalá) obras (obras hermosas o preciosas, que merecen admiración y respeto, Mar. 14:6; véase 10:11, notas) os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis? — ¿Por qué clase de obra? Compárese 12:33, «de qué clase de muerte» (LBLA) (véase también 21:19). ¿Cuál es el carácter de esa obra en particular por la cual me apedreáis? ¿por que piensan que no es buena sino mala? Por ejemplo, sanó al paralítico de Betesda (cap. 5), multiplicó los panes y peces (cap. 6) y abrió los ojos del hombre que nació ciego (cap. 9). ¿Estas obras eran malas? Si con sinceridad los judíos hubieran examinado sus obras, habrían imitado al hombre que nació ciego (9:38).

10:33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios. — Lev. 24:15, 16. — Esto indica claramente que «Hijo de Dios» (10:36) equivale a «Dios». Al confesar a Jesús como «el Hijo de Dios» (Hech. 8:37) confesamos que El es Dios el Hijo.

10:34 Jesús les respondió: ¿No está escrito en vuestra ley: — Basándose en la ley de Moisés (Lev. 24:14), los judíos pensaban apedrear a Jesús; por eso, El hizo un argumento para refutarles, basándose en la misma ley.
— Yo dije, dioses sois? — En base a lo que su ley decía acerca de la blasfemia, «volvieron a tomar piedras para apedrearle»; por eso, Jesús cita esa misma ley contra ellos. «Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo» (Ex. 21:6; 22:8; 2 Crón 19:5-7; Sal. 82:6). A los jueces se les llamó «dioses» por ser representantes de Dios, y los judíos no protestaban contra este uso del término.
10:35, 36 Si llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios — Solamente en este sentido se les llamó dioses; es decir, porque eran «aquellos a quienes vino la palabra de Dios». Si Jesús podía decir que era «dios» aun en el sentido muy limitado en que los jueces se llamaron dioses, entonces los judíos no tenían el derecho de apedrearle. Al decir esto, de ninguna manera afirma que El es el Hijo de Dios en el mismo sentido en que los jueces eran llamados dioses. El propósito del argumento de Jesús era simplemente mostrar la inconsecuencia de los judíos.
— (y la Escritura no puede ser quebrantada), — No puede ser invalidada, 7:23; 24:35; Heb. 4:12. Esta es una afirmación clara de la inspiración de las Escrituras del Antiguo Testamento.
— ¿al que el Padre santificó (como santificó el día de reposo, Ex. 20:11; el altar, Lev. 16:19; a los sacerdotes, 2 Crón. 26:18; y al profeta, Jer. 1:5) y envió al (eis ton) mundo, — «llamó dioses (concedió que llevasen el nombre divino) a aquellos (los jueces y otros gobernantes, hombres mortales) a quienes vino la palabra de Dios» (bajo una dispensación especial y limitada), pero al hablar de sí mismo (Cristo) dice, «al que el Padre santificó y envió al mundo». Los jueces ya estaban en el mundo cuando la palabra de Dios vino a ellos, pero Cristo fue enviado desde el cielo para entrar en el mundo. Desde afuera vino «al» (eis ton) mundo. Nunca hubiera dicho tal cosa acerca de los jueces y otros gobernantes del pueblo.
— vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy? — Jesús no está analizando la diferencia entre su relación con Dios y la relación entre Dios y los jueces. El único propósito de Jesús era callar la acusación contra El. Lo hizo por medio de un argumento muy sencillo e irrefutable. Ellos bien sabían que los jueces eran llamados dioses y no protestaban contra ello; por eso, eran inconsecuentes (hipócritas) al acusar a Jesús de blasfemia cuando dijo que era el Hijo de Dios.
Los «testigos» del Atalaya y otros incrédulos se aprovechan de este texto (lo tuercen, 2 Ped. 3:16) para enseñar que Jesús era «un dios» (Jn. 1:1, de su «biblia» falsa). Ellos creen que 10:34-36 apoya su «traducción» de 1:1, pero recuérdese que Dios ayuda a los que no reciben el amor de la verdad «para que crean la mentira» (2 Tes. 2:10-12). Dios nunca habló de hombre alguno como «al que el Padre santificó y envió al mundo», pero Juan dice, «testificamos que el Padre ha enviado al Hijo el Salvador del mundo» (1 Jn. 4:14).

10:37 Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis. — Si Jesús no hizo las obras del Padre, entonces no dio la enseñanza del Padre, porque las dos cosas son inseparables. Las enseñanzas de Jesús y las obras de Jesús eran el mensaje del Padre. «Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras» (14:11). Los judíos decían que el testimonio de Jesús no era apoyado por el Padre y que, por eso, ellos no deberían creerlo, pero no creyeron porque habían cerrado sus ojos para no ver sus obras (9:41). Jesús no solamente nos dice que El es el Hijo de Dios, sino que lo demuestra con sus obras. Compárese Mat. 11:3-5.
Obras (hechos) son irrefutables. No puede haber negación de hechos literales.

10:38 Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, (la prueba suprema, 9:16; 10:21) para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. — Los que creyeron a las obras ineludiblemente llegaron a la conclusión de que el Padre estaba en Jesús y El en el Padre. Véase 10:30, notas.

10:39 Procuraron otra vez prenderle, — ¿Por qué procuraron prenderle cuando poco antes «volvieron a tomar piedras para apedrearle»? Parece que el argumento de 10:34-36 les hizo recapacitar sobre el tema de la blasfemia.
— pero él se escapó de sus manos. — 8:59; Luc. 4:29, 30.

10:40 Y se fue de nuevo al otro lado del Jordán, al lugar donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. — Volvió para la Pascua y para ser crucificado. Jerusalén no conoció «el tiempo de su visitación» (Luc. 19:34); esto fue la causa de la lamentación de Jesús sobre la ciudad (Mat. 23:37, 38).
10:41 Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. — Con estas palabras confirmaron que verdaderamente Juan era el profeta del cual Isaías (40:3) y Malaquías (4:5) hablaron.
10:42 Y muchos creyeron en él allí. — Los judíos de Jerusalén eran incrédulos endurecidos, pero estos creyeron en El.

MAYORDOMÍA CRISTIANA

ESTUDO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN  «En los pasos de Jesús»:

Mayordomía cristiana hoy:

jesusSANACIÓN

1 Pedro 2:21

INTRODUCCIÓN

El tema mayordomía cristiana hoy debe ser tratado a la luz de toda la reflexión que se ha venido realizando sobre el discipulado cristiano. Seguir a jesús o caminar de acuerdo a sus pisadas como lo expresa la epístola de Pedro es una tarea del cristiano que lleva la vida entera. Del llamado de Jesús, la invitación que por privilegio él nos, hace de la respuesta y del compromiso que adquirimos en forma personal depende finalmente el estilo y calidad de mayordomos que somos.

La figura del mayordomo es la de un trabajador que es responsabilizado para tomar en sus manos la administración de los bienes de sus señor o jefe directo, este jefe es a la vez el dueño o propietario de todos los bines que le son encomendados. Hay otro elemento a considerar y es la relación que se da entre este señor y su mayordomo o empleado, la idea es que no se trata de una relación fría, sino más bien una relación muy estrecha de confianza, amor y gran fraternidad.

Las imágenes bíblicas usadas para hablar del mayordomo o de la mayordomía están en ese contexto rural de una vida no tan compleja como lo es en la actualidad.

En el presente estudio estaremos relacionando dos elementos bíblicos que a nuestro entender están completamente ligados, el discipulado y la mayordomía, con una tercera reflexión acerca del contexto actual del testimonio, es que decir la característica de nuestra época donde nos corresponde ser discípulos y mayordomos de Jesús

LA MAYORDOMÍA

“Crea Dios al hombre, a su imagen y semejanza, y le dio potestad sobre los peces del mar, las aves de los cielos y las bestias, sobre toda la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Génesis 1:26

La palabra mayordomo viene del latín “mayor” (significa, “superior”, “principal”, “jefe”) y de “domus” o “domo” (significa casa). De ese “mayor” también surge “mayoral” (capataz de labores agrícolas).
Mayordomo, es sar, en hebreo, que tiene como significado, “aquel que está a la cabeza”.
En griego, mayordomo viene de “oikinomos”, de “oikos”, que quiere decir “ casa”, y “nomos”, que significa “ley”, y “epitropos”, que también significa “dispensador” o “administrador”.
En fin, en hebreo o en griego, se trata de un superintendente o administrador de los bienes de la casa de otro.
El mayordomo, también dirigía el personal; llevaba las cuentas; dispensador y distribuidor de los artículos y los alimentos a los componentes de la casa de su señor.
En otras palabras, era el criado principal, en quien recae el gobierno y administración de la casa.
Eliezer era mayordomo de Abraham (Gn. 15:2); José (el hijo de Jacob vendido por sus hermanos) tuvo su mayordomo (Gn. 43:19); al igual que David y Salomón. Tampoco debemos pasar por alto el mayordomo de la parabola de la viña de que nos habla Jesús en Mateo 20:8.

La Biblia, en su mismísimo comienzo, nos señala al creador del universo.
“En el principio, creó Dios los cielos y la tierra” (Gn. 1:1).
Y creó Dios el día y la noche, y separó los cielos de la tierra; y separó la tierra de las agues, y a la tierra ordenó a producir “hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie”.
Creó luego las lumbreras (el sol, la luna), para separar el día de la noche y para separar la luz de las tinieblas, y ordenó a las aguas producir seres vivientes, y creó las aves que surcan el firmamento sobre la tierra, y dijo a la tierra que produjera seres vivientes, según su especie: bestias, serpientes y otros animales.
Así que Dios, no solo es el creador, sino también el dueño, el amo, del universo y esta tierra que habitamos.
“De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan, porque El la fundó sobre los mares y la afirmó sobre los ríos”, afirma la Biblia en el Salmo 24:1-2).
Ahora, cuando nos creó –¡Oye!, sí, porque también nosotros, hombres y mujeres, fuimos creados por El! En el sexto día de la creación, nos hizo del mismo polvo de la tierra que creó. Entonces, como todo lo demás creado, somos de su propiedad. Sí, somos su propiedad más valiosa y El es nuestro Señor..

Necesitaba Dios un supervisor, un mayordomo, para administrar esa magnífica propiedad que había creado. Puso Dios en nuestras manos esa gran responsabilidad. Nos comprometió sobremanera con esa mayordomía.
Entienda bien el texto que usamos de referencia:
“Creó Dios al hombre, a su imagen y semejanza, y le dio potestad…”
“Creced y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; ejerced potestad”, ordenó también Jehová al hombre y a la mujer en Génesis 1:28.
Esa potestad otorgada por Dios al hombre representa un título de mayordomía sobre todo lo creado por, incluyendo su propio cuerpo, al que dio soplo de vida, y es parte de su creación divina.
“Tomó , pues, Jehová al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo laborara y lo cuidara”, Gn. 2:15.
No somos dueños de nuestras vidad ni de nada en este mundo. Solo somos custodios, por la gracia y misericordia de Dios, y como aquellos hombres de la parabola de Jesús, a quienes su amo entregó los talentos, se nos pedirá cuenta de qué hemos hecho con nuestras vidas y como mayordomos de Su Viña, de Su Paraíso, de Su Edén, donde nos ha puesto. No sea que seamos como aquel mayordomo infiel, que derrochó los bienes de su amo y se valió de sagacidades para hacerle creer que había administrado bien.
Cuán grande responsabilidad la nuestra. Asumamos ese compromiso y enfrentemos el reto de custodiar con empeño la propiedad del Reino de Dios en este mundo, lo cual incluye la salvación nuestra y de las almas que se pierden.

La omnisciencia de Dios es tan grande y única, que es el hombre el único ser al que hace “a su imagen y semejanza”; el único al que da uso de la razón; al único al que da libre albedrío, aunque sujetado a la ley divina, que le indicará como usar con prudencia la sabiduría y autoridad – potestad- depositada en él como mayordomo de la propiedad del reino terrenal de Dios.
Jesús nos mostró como ejercer la mayordomía, porque El también fue mayordomo del Padre mientras estuvo en la Tierra. ¿No lo crée? Cuando estaba aproximándose la hora de su arresto y el fin de la mayordomía de Jesucristo en la tierra oró en el Getsemaní por sus discípulos, y rindió cuentas al Padre de cómo cumplió con su responsabilidad:
“Padre, la hora ha llegado: glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti, pues le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el Unico Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:1-3).

En Juan 17:11, explica su misión, su mayordomía, y cómo la cumplió:
“Ya no estoy en el mundo; pero estos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliera” (Juan 17:11-12)…
“Como tu me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo” (Juan 17:18).
Hermanos, ese es el mandato. Jesús nos nombró mayordomos de Su Reino en este mundo en que vivimos, con la responsabilidad de salvar las vidas que en el habitan. Asumamos nuestra responsabilidad y lancemonos a evangelizar al mundo.

 

UNIDAD 1:

EL LLAMADO AL DISCIPULADO

TEXTO: Lucas 9:23-25, Lucas 18: 18-25

Comenzamos este estudio sobre mayordomía reflexionando primeramente este estudio sobre mayordomía reflexionando primeramente sobre estos textos biblicos que tradicionalmente son usados para hablar de discipulado cristiano.

Como hemos planteado, la idea es relacionar estos dos aspectos a lo largo del presente estudio lo haremos con relación a una serie de preguntas e inquietudes que nacen de la práctica de la vida cristiana en las comunidades.

El Llamado que hace Jesús a seguirle y ser sus discipulos es un llamado radical esa es la primera impresión que dejan la lectura de estos relatos, parece toda una tarea imposible y sus propios seguidores en aquel entonces exclamaron ¿Quién podrá seguirle?

El contexto para entender lo radical del llamado de Jesús es la sociedad judía de aquella época, la sociedad de Palestina dista mucho de lo que conocimos en el Antiguo testamento, tanto en la vida tribal como en el anuncio y denuncia de los profetas. La sociedad judía en tiempos de Jesús se encuentra demasiado apegada a la ley, esto último de preferencia a la ley, esto último de manera muy legalista. Los diferentes relatos de los evangelios nos dan una pincelada de cómo era la vida de aquel entonces, especialmente en la discriminación de un alto número de personas, por ejemplo los enfermos, leprosos, pecadores, publicanos, etc. (Marcos 2:15-17).

El mensaje de Jesús anunciando la llegada del Reino de Dios es un mensaje de esperanza, pero es a la vez un mensaje de juicio sobre el sistema que se ha instaurado en Israel. Por esta razón el llamado a sumarse a este proyecto de esperanza y vida debe ser radical y n o da lugar para la ambigüedad, es de tal manera influyente a la forma de viada que se ha venido desarrollando que es imposible que una persona sirva a «dos señores» como lo expresó el mismo Jesús. (Mateo 6:24).

Las consecuencias éticas de un sistema represivo y censurador basándose en castigos y amenazas son variadas y por lo general producen distanciamiento entre las personas, desconfianza, falta de solidaridad, individualismo y una competencia por ser «mejores» o «más buenos» que los demás.

Ser Mayordomo de Jesús o su discípulo es tomar partido por el Reino de Dios a favor de cambios drásticos, por eso es comprensible el llamado de Jesús a la conversión, al arrepentimiento y a dejar «todo» en pos de algo nuevo. Esa actitud de dejar «todo» debe entenderse como dejar todo aquello que le relaciona y vincula con el sistema. Por ejemplo el amor a la posesión indiscriminada de bienes materiales, o por otro lado el amor al estatus de estar entre los considerados «buenos» o «limpios». (Marcos 1: 1 5, Mateo 4:17, Mateo 9:9-1 3, Lucas 18:18-19).

Al mirar nuestra sociedad actual no dista mucho en cuanto al conflicto ético de Jesús, lo que cambian son los contextos, el desarrollo de la vida, el avance tecnológico, la forma en que se organizan los pueblos etc. Así en el día de hoy el llamado al discipulado es igualmente radical, no tanto por lo imposible de asumir, sino por sus consecuencias respecto al mensaje. La vida religiosa tiene a hacer un a separación muy fuerte entre el discurso y la práctica, parecida situación a la época de Jesús en la Palestina del Nuevo Testamento.

Hoy nos corresponde asistir a un tiempo difícil para el llamado al discipulado y para la práctica de una mayordomía cristiana, con la instalación de un sistema de economía de mercado en todo el mundo, basado principalmente en le éxito económico y en el progreso personal, donde el consumo es lo principal para las personas, mas allá del valor de la vida, esto ha producido los siguientes elementos :

Individualismo, diferencia, avaricia, ansiedad, enfermedades sociológicas profundas, falta de solidaridad y se ha abierto una gran brecha entre los que poseen los bienes y los que buscan el acceso directo. Una de las características de nuestro tiempo es la violencia en las relaciones humanas, producto de una gran cantidad de frustraciones especialmente en el ámbito de la juventud. Por otro lado está la frialdad en el trato, la desconfianza y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno.

En medio de este cuadro que representa nuestro tiempo o el «hoy» de este estudio nos corresponde resaltar algunos aspectos del llamado al discipulado y la práctica de la mayordomía reconociendo que.

-Todo pertenece a Dios

Contamos con un tiempo limitado para vivir y administrar la vida

Que no estamos solos y que debemos compartir con otros el espacio y todo aquello que nos rodea.

Que nuestro trabajo debe resultar placentero y ala servicio de los demás.

Que finalmente todo se hace para gloria de Dios.

PREGUNTAS FRECUENTES PARA EL ESTUDIO

¿Cómo relacionas discipulado y mayordomía en la vida diaria?

¿Qué elementos de la época de Jesús se observan también en nuestro tiempo?

¿A qué se aferraba el joven rico, que le fue imposible aceptar a Jesús? ¿ Qué diferencias tenemos entre el joven rico y Levi? ¿De qué manera han influído las características de nuestra época en la Práctica de la Mayordomía?

UNIDAD 2:

MAYORDOMÍA UNA RELACIÓN DE CONFIANZA

TEXTO: Lucas 12:35-48

Al leer el texto del evangelio de Lucas podemos concluir en la siguiente expresión ¡Dios confía en nosotros¡

En la dinámica del discipulado y la mayordomía se da una relación de confianza que deposita el señor en el siervo.

La relación de confianza es tal que el dueño en el ejemplo de la parábola se ausenta por largo tiempo y deja a cargo del mayordomo todo, aquí se observa una gran confianza y un profunda relación. Si esta parábola es aplicable al discipulado y a la práctica de la mayordomía podemos concluir que Jesús confía en personas variadas la gran misión de llevar el evangelio a toda criatura y mas tarde la responsabilidad de administrar la vida.

El valor de esta confianza es muy importante considerando el contexto en que se debe desarrollar el trabajo cristiano hoy. Nuestro tiempo está marcado por la desconfianza y la descalificación de las personas, se toman todas las medidas y resguardos ante cualquier situación.

La respuesta del discípulo ante el privilegio que Dios mismo le ha confiado una tarea y una responsabilidad es primera de gratitud y luego de reconocimiento de la grandeza de este Dios y de todos los atributos que muestran cuanto le amamos y de que manera nos sentimos relacionados con él.

La respuesta es reconocer su soberanía lo que le da aun mayor realce a nuestra tarea, mientras mayor sea el reconocimiento que hacemos a Dios más grande es aun nuestra tarea y responsabilidad, mientras mayor es la relación con Dios, más placentero es trabajar por su Reino y desarrollar las tareas por él encomendadas.

La clave del buen resultado en la dupla señor-siervo esta en la buena relación de éstos, partiendo por la confianza que deposita el señor en su siervo y posteriormente en la forma como este último le responde. No debe existir temor por las expresiones aparentemente amenazantes del texto bíblico, si esta asegurada la relación sobre la base de la confianza y del reconocimiento. El temor debe sobrevenir cuando se pierde la confianza y cuando no hay reconocimiento de la grandeza y señorío del que convoca y envía.

PREGUNTAS PARA EL ESTUDIO

¿Qué comportamiento se espera de un buen siervo o mayordomo fiel?

¿Cómo relacionas los elementos de confianza y reconocimiento en ele discipulado que nos corresponde realizar hoy?

¿Cuándo se pierde la confianza, de qué forma podemos recuperar la relación con el Señor?

¿De acuerdo al v. 42 qué cualidades resaltó Jesús en el fiel mayordomo?

Describa tres responsabilidades de un buen mayordomo de acuerdo al relato bíblico.

De acuerdo con 1 Crónicas 29: 11 ¿cómo debe ser nuestro reconocimiento del señorío de Dios?

¿Qué consecuencias tiene para la práctica de la mayordomía la omisión del reconocimiento del señorío de Dios en todo?

UNIDAD 3

EL TRABAJO COMO INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN

TEXTO: Salmo 8

Al leer el mensaje que nos proporciona el Salmo 8 se confirman los dos elementos que hemos venido trabajando en ele presente estudio, por un lado la importancia de resaltar el señorio de Dios en toda la creación y por otra parte reconocer el privilegio de ser llamados a colaborar en esta creación. Dios le da al hombre un trabajo de suma importancia y de aquí parte el concepto básico de mayordomía, que es la tarea encomendada al hombre desde los comienzos.

Tomando en cuenta estos dos elementos a continuación leamos los siguientes textos bíblicos:

«Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase» (Génesis 2:15).

«… como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios» (1 Pedro 2:16).

«Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid; Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos» (Lucas 17:10).

«Acuérdate de estas cosas, Oh Jacob, e Israel, porque mi siervo era. Yo te formé, siervo mío eres tú Israel, no me olvides» (Isaías 44:21).

» ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolo? Servidores por medio de los cuales habéis creído, y eso según lo que a cada uno concedió el Señor» (1 Corintios 3:5)

Todos los pasajes nos llevan a meditar en el fondo sobre nuestra tarea como mayordomos de Dios, aunque ese título nos parezca un tanto grande, a la luz del Salmo 8 nos corresponde reconocer que el propósito de Dios al crear al hombre fue darle un lugar de importancia, por lo que ese título de mayordomos o buenos administradores, no es solo para algunas personas, sino para todo ser humano.

El primer texto para analizar nos muestra el origen del sentido del trabajo, como algo liberador y no como un castigo o una fatalidad, es posterior a la caída del hombre la idea de trabajar en forma forzada.

Esta libertad que imprime Dios a las relaciones en su propósito creador es para el servicio a los demás, esa libertad tiene sentido cuando recrea la vida cuando produce vida y esperanza. La libertad no tiene sentido en un exagerado individualismo, sino en el servicio.

El trabajo liberador siempre será placentero para el que lo realiza y se transformará en una oportunidad de servicio.

El llamado profético a Israel, es un llamado de atención pues el pueblo de Dios en tiempo de la monarquía se olvido de sus principios, y de que sus antepasados estuvieron cautivos en Egipto y sufrieron el trabajo forzado, el llamado del profeta, es volverse a Dios, pero no solo volverse a él sino a lo que él espera de ellos. Es decir recuperar su vocación como mayordomos o buenos administradores de Dios.

El texto de Corintios nos habla de una pugna en la comunidad cristiana, de alguna forma el trabajo muy destacado va produciendo un cambo nocivo en las personas, que comienzan a trabajar para así mismos y cuando el nombre de la persona brilla más que el de Cristo, es porque la mayordomía o administración se está haciendo sobre la base de sus propios méritos.

PREGUNTAS PARA EL ESTUDIO

¿Qué conclusiones sacamos para nuestro discipulado y mayordomía después de leer los textos bíblicos de este estudio?

¿Cuál es la figura más frecuente que uso Jesús para hablar del trabajo que realizaban sus seguidores?

¿Por qué vemos la frecuente contradicción entre el mensaje de «servir a Dios ayudando a otros» y la práctica de uan religión «busca ayuda para mí»?

¿Qué cambios propones para que tu comunidad sea una instancia sanadora y una oportunidad para el servicio cristiano?

¿Describe de qué manera tu trabajo puede llegar a ser más placentero y productivo?

¿De qué manera en tu trabajo se descubre la relación entre el reconocimiento de la gloria de Dios y el reconocimiento de tu mayordomía?

UNIDAD 4

EL USO DE NUESTRO TIEMPO

TEXTO: Mateo 25:14-30

La base de la mayordomía cristiana está en la confianza como ya lo hemos expresado. Pero esta es una confianza doble por un lado la confianza que deposita el señor o dueño de los bienes en su mayordomo y por otro lado la confianza que tiene el mayordomo en su y por otro lado la confianza que tiene el mayordomo en su señor.

Esto nos lleva a reflexionar sobre un punto esencial, que es la buena relación existente entre el señor y su mayordomo. De acuerdo a la parábola el señor hace un largo viaje y decide entregar sus bienes en partes proporcionales a sus siervos, en quienes él confía. Esto muestra una buena relación entre el señor y sus siervos. Se trata de una relación de confianza.

Los siervos no solo deben cuidar los bienes que han sido depositados en sus manos, sino que deben ser desarrollados en forma productiva en el espacio de tiempo que el señor estará ausente. El señor de aquel lugar no estará presente para vigilar y supervisar los trabajos. El se fue confiando que sus siervos harán cada cual su tarea de la mejor forma de acuerdo a sus capacidades, por esta razón fue proporcional también en la entrega de bienes y montos para administrar.

El tiempo que debe transcurrir entre la entrega de los bienes y la fecha cuando el señor vendrá a pedir cuenta, es un tiempo creativo, con mucha libertad para aplicar el trabajo en forma ordenada y responsable sin la tuición ni la vigilancia de nadie. Es un tiempo de trabajo que debe resultar placentero y creativo, así como también productivo.

Los resultados que muestra la parábola son variados en cumplimiento y responsabilidad de acuerdo a las capacidades de los siervos, cosa que el señor tenía muy clara. Se da un caso de negligencia, de aquel siervo que no quiso, trabajar la parte que le fue encomendada, por lo que el tiempo que transcurrió, fue un tiempo perdido. Es un tiempo que no va a poder recuperar.

Estas reflexiones acerca del texto bíblico son aplicables a cualquier +ámbito de la vida cotidiana, tanto en el aspecto de estudio, de trabajo de superación personal, como también en nuestra relación con Dios. El reconocimiento de los dones y talentos por él entregado a cada persona y que al pasar el tiempo no han producido los resultados esperados. Esta es una consecuencia de nuestro discipulado y de nuestra mayordomía especialmente en el uso del tiempo que Dios nos otorga, en vida salud y dones diversos.

A continuación lea y analice los siguientes Pasajes bíblicos:

«Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios» (1 Pedro 4:10).

«Así, pues, tengamos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios» (1 Corintios 4:1).

«Y dijo el Señor ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su Señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?» (Lucas 12:42).

La base de estos textos para la comprensión de nuestra mayordomía no esta en tamaño de nuestro servicio o la cantidad de bienes que han sido encomendados sino en la calidad de la relación con el Señor, esta calidad de relación con el Señor, esta calidad de relación mayordomo y señor redundará finalmente en un mejor servicio. El servicio que no esté firmemente cimentado en esta relación primeramente no glorificará al Señor y finalmente ese servicio terminará perjudicando al mayordomo.

PREGUNTAS PARA EL ESTUDIO

¿Cómo es el uso de nuestro tiempo, considerando la rapidez de la vida actual?

¿Qué parte de nuestro tiempo está dedicada a desarrollar la tarea de mayordomía cristiana?

¿Qué dones y habilidades reconocemos que Dios nos ha entregado?

¿Cómo las hemos desarrollado en el tiempo?

En el caso de tener que dar cuenta por los dones y bienes que han sido puesto a nuestro cuidado ¿Cuál es el balance que haríamos?

¿Qué excusa válidas podemos presentar ante el Señor, dueño de todo y de nuestra vidas?

UNIDAD 5

SERVICIO INTEGRAL

TEXTO: Romanos 12:1

El servicio al cual somos llamados como discípulos de Cristo es un servicio integral, es decir en cuerpo, lama y espíritus. Si alguno de estos aspectos queda fuera, la tarea de la mayordomía será una tarea deforme e incompleta.

El texto que guía este estudio es una invitación a presentar el cuerpo, esto en una época donde la cultura circundante enseñaba sobre el aspecto decadente del cuerpo humano había un desprecio por la vida corporal, era considerado como algo negativo. Muchas religiones solo resaltaban el aspecto espiritual o más bien el alma del individuo.

El llamado a presentar «los cuerpos» en sacrificio vivo es un llamado a completar el servicio en forma integral, no solo la parte del espíritu sino que también el servicio debe cubrir todos los aspectos de la vida humana.

A continuación lea y analice las siguientes. Citas bíblicas con relación al tema:

«Si no que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres, y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.» (Filipenses 2:7-8)

«Ni tampoco presentéis vuestro miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia» (Romanos 6:13)

La mayordomía cristiana no solo tiene que ver con la administración de bienes o recursos que el Señor de la vida nos encomienda como sus discípulos sino que además tiene que ver principalmente con la administración integral de nuestras propias vidas. Más allá de un control sobre los actos de cada persona lo que el Señor desea de sus discípulos es que la entrega a su obra sea total y que todos los aspectos de la vida entren dedicados a su servicio. Esto último traerá provecho no solo a la práctica de la mayordomía sino que muy especialmente a la vida del discípulo que se consagra en cuerpo, alma y espíritu.

Por otro lado el trabajo de ser buenos administradores de lo que nos entrega el Señor, también tiene otro aspecto junto con la dedicación integral y que se puede apreciar en los siguientes pasajes.

«Si, pues, coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios » (1 Corintios 10:31).

«Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios, si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el imperio por los siglos de los siglos Amén (1 Pedro 4:11)

«A fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo» (Efesios 1:12)

Según estos relatos el propósito final de toda mayordomía es glorificar el nombre de Dios, como lo hemos expresado, la calidad del servicio va a depender de localidad de la relación entre el Señor y su siervo. En este caso la calidad de la mayordomía va a ser el resultado de la calidad de la relación entre el Señor y su discípulo. El resultado de esa buena y correcta relación va a ser necesariamente que el nombre de Dios será glorificado en todo.

PREGUNTAS PARA EL ESTUDIO

¿De qué manera descubrimos que nuestro servicio no es integral?

De acuerdo a los relatos leídos ¿Cómo describirías el servicio integral hoy?

¿Cuál es la principal tendencia de la mayordomía en las comunidades?

¿Cómo glorificar a Dios a través de nuestro cuerpos?

¿De qué manera glorificamos a Dios en nuestros trabajos, comunidades y hogares?

CONCLUSIÓN
La mayordomía y el delegar nos ayudan a llevar a cabo la obra del Señor en forma más eficaz. Cuando recibimos un llamamiento en la Iglesia, se nos confían responsabilidades específicas en el Reino de Dios, las que son una mayordomía por la cual el Señor nos hace responsables. Tenemos la libertad de cuidar nuestras mayordomías en forma diligente o negligente, sin embargo, llegará el día en que se nos pedirá que demos cuenta de ellas.
La delegación eficaz comprende los principios de mayordomía. Esto requiere que asignemos una mayordomía, enseñemos principios correctos, permitamos que la persona se gobierne a sí misma y la hagamos responsable por esa mayordomía. Por supuesto que un trabajo bien hecho siempre merece un elogio sincero.

SANA DOCTRINA

ESTUDIO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN ¿QUÉ ES LA SANA DOCTRINA CRISTIANA?
sana doctrina 1La respuesta que demos a esta interrogante, puede hacer que nuestras vidas se muevan dentro o fuera de la perfecta voluntad de Dios (Salmo 25:4) de allí que es impostergable que pensemos en ello y demos una respuesta clara y basada en la verdad.
El término SANO está estrechamente relacionado con el concepto de SALUD , y alguien que disfruta de salud se encuentra saludable, libre de enfermedad, también con las ideas de no contaminado ni adulterado, por lo que disfruta de bienestar completo, que como organismo vivo funciona bien, cumpliendo con todas sus funciones vitales.
El concepto de DOCTRINA, se explica en palabras sencillas entendiéndolo como ENSEÑANZA, que es el proceso de instruir o dar conocimiento sobre un tema en forma metódica y ordenada; permítanme ampliarlo un poco más; la enseñanza es la acción y efecto de enseñar (instruir, adoctrinar y amaestrar con reglas o preceptos). Se trata del sistema y método de dar instrucción, formado por el conjunto de conocimientos, principios e ideas que se enseñan a alguien.
La enseñanza implica la interacción de tres elementos: el profesor (docente o maestro); el alumno, (discípulo o estudiante); y el sujeto u objeto del cual procede la fuente confiable de conocimiento, en este caso la Biblia (Los escritos de todos los Autores inspirados por Dios y los Principios Divinos de conducta, la historia, los modelos y las promesas que contiene en sus 66 libros).
Si tratamos de encontrar un concepto adecuado a partir de estas dos palabras diremos que la “SANA DOCTRINA” O “SANA ENSEÑANZA CRISTIANA”, es el proceso de instrucción a través del cual un maestro INSTRUYE o enseña con preceptos y reglas a sus alumnos en el aprendizaje del conocimiento de Dios, el hombre y la creación mediante el uso de Su Palabra Escrita : La Biblia; única y final revelación autorizada del Padre celestial por estar total y completamente inspirada por El Espíritu Santo, inerrante y perfecta (II Timoteo 3:16) ; de allí que El Espíritu Santo será nuestro maestro por excelencia (Juan 16:13), y el usará hombres dóciles a Su guianza y sabiduría ( I Timoteo 3:1-7) . En el Nuevo Testamento, el maestro y escritor bíblico Pablo (Colosenses 1:1), habla repetidamente en sus epístolas sobre la sana doctrina como un concepto y como un principio de vida conocido y usado en la iglesia primitiva por todos los verdaderos cristianos que debían luchar en contra las herejías propias de su tiempo; algunos textos de su autoría que hablan de este concepto son Tito 1:9; 2:1, I Timoteo 1:10; 4:3 y sobre doctrinas adulteradas Pablo en Efesios 4:14 y I Timoteo 1:3, y Dios mismo le habla a la iglesia de Pérgamo a través de Juan, sobre la perversa Doctrina de Balaam en Apoc. 2:14.El conocimiento y enseñanza de la Sana Doctrina es la mejor manera de luchar contra las herejías y falsas enseñanzas que hoy se enseñan encubierta y públicamente a la Iglesia y en la iglesia, esto es parte del propósito de dar conocer la Sana Doctrina hoy, pues necesitamos estar preparados, COMO A ESTOS REVERENDOS QUE PREDICA EN ESTE VÍDEO QUE VIMOS, para dar defensa ante todo aquel que nos pida razón de nuestra fe (I Pedro 2:15), y oponernos a los falsos maestros que enseñan sus herejía destructoras. El efecto de la sana Doctrina en el cristiano que la recibe y vive por ella, es ser alimentado y nutrido en el conocimiento de la persona Dios, Su plan eterno para con el hombre y su creación, acerca del origen hombre como un ser viviente y el propósito de su existencia sobre esta tierra como nueva Criatura redimida por Él, etc.
Por el contrario las falsas enseñanzas que hoy se dan como alimento “ sano” a la iglesia , producen en el cristiano que se enferme espiritualmente y esté incapacitado para vivir una vida útil y plena que es el propósito del Padre Celestial, perdiendo su efectividad en ser Luz y Sal de la tierra. El diablo logra este propósito usando a sus falsos maestros, apóstoles y profetas que distorsionando la verdad de Dios revelada en Su Palabra Santa y presentando medias verdades con mentiras incluidas, doctrinas de hombres y demonios como “nuevas revelaciones” del cielo envenenan a la iglesia día a día; o que simplemente usa a enseñadores confusos ;sin entrenamiento ni preparación bíblica que caen en errores doctrinales por mala interpretación de los textos por falta de estudios serios en su curriculum ministerial.
SIN LUGAR A DUDAS NECESITAMOS MAS MAESTROS BIEN ENTRENADOS Y LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO; A MAS DISCÍPULOS DISPUESTOS PARA PREDICAR LA SANA DOCTRINA
LA IMPORTANCIA QUE HOY TIENE LA ENSEÑANZA DE LA DOCTRINA CRISTOCÉNTRICA (SANA DOCTRINA) EN LA IGLESIA, ES QUE ESTA ES VITAL PARA LA SALUD ESPIRITUAL DE LOS CREYENTES, SU FORTALEZA ESPIRITUAL Y EL TENER EL PODER DE LOS CIELOS PARA REALIZAR EL CUMPLIMIENTO, DEL MANDATO DE LA GIGANTESCA LABOR DE ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA GRACIA A TODA CRIATURA EN ESTE TIEMPO FINAL ANTES DEL RETORNO DEL SEÑOR JESÚS POR SU IGLESIA.
Estudiemos con empeño la Palabra de Dios, no dejemos que más herejía entren a la iglesia por nuestra de falta de conocimiento de las Santas Escrituras. Vamos con ánimo a aprender la sana doctrina cada día…….. Saludos para todos hermanos y hermanas en Cristo Jesús

SANA DOCTRINA

ESTUDIO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN ¿QUÉ ES LA SANA DOCTRINA CRISTIANA?
sana doctrina 1La respuesta que demos a esta interrogante, puede hacer que nuestras vidas se muevan dentro o fuera de la perfecta voluntad de Dios (Salmo 25:4) de allí que es impostergable que pensemos en ello y demos una respuesta clara y basada en la verdad.
El término SANO está estrechamente relacionado con el concepto de SALUD , y alguien que disfruta de salud se encuentra saludable, libre de enfermedad, también con las ideas de no contaminado ni adulterado, por lo que disfruta de bienestar completo, que como organismo vivo funciona bien, cumpliendo con todas sus funciones vitales.
El concepto de DOCTRINA, se explica en palabras sencillas entendiéndolo como ENSEÑANZA, que es el proceso de instruir o dar conocimiento sobre un tema en forma metódica y ordenada; permítanme ampliarlo un poco más; la enseñanza es la acción y efecto de enseñar (instruir, adoctrinar y amaestrar con reglas o preceptos). Se trata del sistema y método de dar instrucción, formado por el conjunto de conocimientos, principios e ideas que se enseñan a alguien.
La enseñanza implica la interacción de tres elementos: el profesor (docente o maestro); el alumno, (discípulo o estudiante); y el sujeto u objeto del cual procede la fuente confiable de conocimiento, en este caso la Biblia (Los escritos de todos los Autores inspirados por Dios y los Principios Divinos de conducta, la historia, los modelos y las promesas que contiene en sus 66 libros).
Si tratamos de encontrar un concepto adecuado a partir de estas dos palabras diremos que la “SANA DOCTRINA” O “SANA ENSEÑANZA CRISTIANA”, es el proceso de instrucción a través del cual un maestro INSTRUYE o enseña con preceptos y reglas a sus alumnos en el aprendizaje del conocimiento de Dios, el hombre y la creación mediante el uso de Su Palabra Escrita : La Biblia; única y final revelación autorizada del Padre celestial por estar total y completamente inspirada por El Espíritu Santo, inerrante y perfecta (II Timoteo 3:16) ; de allí que El Espíritu Santo será nuestro maestro por excelencia (Juan 16:13), y el usará hombres dóciles a Su guianza y sabiduría ( I Timoteo 3:1-7) . En el Nuevo Testamento, el maestro y escritor bíblico Pablo (Colosenses 1:1), habla repetidamente en sus epístolas sobre la sana doctrina como un concepto y como un principio de vida conocido y usado en la iglesia primitiva por todos los verdaderos cristianos que debían luchar en contra las herejías propias de su tiempo; algunos textos de su autoría que hablan de este concepto son Tito 1:9; 2:1, I Timoteo 1:10; 4:3 y sobre doctrinas adulteradas Pablo en Efesios 4:14 y I Timoteo 1:3, y Dios mismo le habla a la iglesia de Pérgamo a través de Juan, sobre la perversa Doctrina de Balaam en Apoc. 2:14.El conocimiento y enseñanza de la Sana Doctrina es la mejor manera de luchar contra las herejías y falsas enseñanzas que hoy se enseñan encubierta y públicamente a la Iglesia y en la iglesia, esto es parte del propósito de dar conocer la Sana Doctrina hoy, pues necesitamos estar preparados, COMO A ESTOS REVERENDOS QUE PREDICA EN ESTE VÍDEO QUE VIMOS, para dar defensa ante todo aquel que nos pida razón de nuestra fe (I Pedro 2:15), y oponernos a los falsos maestros que enseñan sus herejía destructoras. El efecto de la sana Doctrina en el cristiano que la recibe y vive por ella, es ser alimentado y nutrido en el conocimiento de la persona Dios, Su plan eterno para con el hombre y su creación, acerca del origen hombre como un ser viviente y el propósito de su existencia sobre esta tierra como nueva Criatura redimida por Él, etc.
Por el contrario las falsas enseñanzas que hoy se dan como alimento “ sano” a la iglesia , producen en el cristiano que se enferme espiritualmente y esté incapacitado para vivir una vida útil y plena que es el propósito del Padre Celestial, perdiendo su efectividad en ser Luz y Sal de la tierra. El diablo logra este propósito usando a sus falsos maestros, apóstoles y profetas que distorsionando la verdad de Dios revelada en Su Palabra Santa y presentando medias verdades con mentiras incluidas, doctrinas de hombres y demonios como “nuevas revelaciones” del cielo envenenan a la iglesia día a día; o que simplemente usa a enseñadores confusos ;sin entrenamiento ni preparación bíblica que caen en errores doctrinales por mala interpretación de los textos por falta de estudios serios en su curriculum ministerial.
SIN LUGAR A DUDAS NECESITAMOS MAS MAESTROS BIEN ENTRENADOS Y LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO; A MAS DISCÍPULOS DISPUESTOS PARA PREDICAR LA SANA DOCTRINA
LA IMPORTANCIA QUE HOY TIENE LA ENSEÑANZA DE LA DOCTRINA CRISTOCÉNTRICA (SANA DOCTRINA) EN LA IGLESIA, ES QUE ESTA ES VITAL PARA LA SALUD ESPIRITUAL DE LOS CREYENTES, SU FORTALEZA ESPIRITUAL Y EL TENER EL PODER DE LOS CIELOS PARA REALIZAR EL CUMPLIMIENTO, DEL MANDATO DE LA GIGANTESCA LABOR DE ANUNCIAR EL EVANGELIO DE LA GRACIA A TODA CRIATURA EN ESTE TIEMPO FINAL ANTES DEL RETORNO DEL SEÑOR JESÚS POR SU IGLESIA.
Estudiemos con empeño la Palabra de Dios, no dejemos que más herejía entren a la iglesia por nuestra de falta de conocimiento de las Santas Escrituras. Vamos con ánimo a aprender la sana doctrina cada día.

PRECIOSO SANGRE DE CRISTO

ESTUDIO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN

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TE COMPARTIMOS ESTE EXCELENTE ESTUDIOS, EL PRECIOSO SANGRE DE CRISTO.
¿Cuándo fue la última vez que usted escuchó un sermón o entonó un canto sobre la sangre de Jesús? Algunas iglesias hoy encuentran anticuado e incluso horrible el concepto. Incluso, los himnos que mencionan «la sangre» han sido sacados de los himnarios. Pero sin ella, no existe esperanza de una relación con Dios, garantía de salvación, ni confianza de que nuestras oraciones sean escuchadas.
La Biblia nunca evita mencionar la sangre. De hecho, está en toda ella como un hilo rojo, desde Génesis hasta Apocalipsis. Si se eliminan de la Palabra de Dios las referencias a la sangre, lo que queda es un libro de historia y literatura. Todo lo que Dios considera importante, jamás debe ser ignorado.
Levítico 17.11 nos dice que Dios dio la sangre para hacer expiación, porque «la vida de la carne» está en ella. La palabra «expiación», tal como se utiliza en el Antiguo Testamento, significa «cubrir». Por medio del sistema de culto con sacrificios de sangre establecido por el Señor, los pecados de la humanidad eran cubiertos por la sangre de animales inocentes.
La gravedad del pecado se revela por el inmenso costo de la expiación —la pena es la muerte, y debe ser pagada por el culpable, o por un sustituto aceptable. Para cubrir los pecados, los animales que se ofrecían tenían que ser perfectos. Todo sacrificio sobre el altar era un cumplimiento de la pena de muerte exigida por la Ley de Dios.
El sistema de sacrificios enseñaba a las personas que el Señor es santo, que las transgresiones deben ser castigadas, y que la expiación por el pecado se lleva a cabo sólo a través del derramamiento de sangre. Este plan era una prefiguración de lo que vendría después. Ya que los sacrificios de animales sólo pueden cubrir el pecado, un «cordero final» era necesario para eliminar toda la iniquidad del hombre.
Un día, estando Juan el Bautista en el río Jordán, «el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo» entró en la escena de la historia humana (Jn 1.29). El sacrificio perfecto por los pecados había llegado. Él había sido «destinado antes de la fundación del mundo», y vino a la tierra para cumplir el asombroso plan de la redención del Señor con el derramamiento de su sangre preciosa (1 P 1.18-20).
Jesús no era sólo un hombre; era el Hijo de Dios en carne humana. Su nacimiento fue sobrenatural, porque fue concebido por el Espíritu Santo en el vientre de una virgen. Puesto que ningún padre terrenal le transmitió algún pecado, Jesús era el perfecto e inmaculado Hijo de Dios; su vida fue la única sin imperfección, y por eso el único sacrificio adecuado por la culpa de toda la humanidad.
Sin la sangre de Cristo, nadie puede tener una relación con el Padre celestial. Porque Dios es santo, nuestro pecado bloquea cualquier posibilidad de relación con Él. Pero, por su amor, el Señor puso en marcha un proceso de reconciliación. La preciosa sangre de Jesús ofrece todo lo que necesitamos para acercarnos al Padre.
Redención. Redimir significa «rescatar». Jesucristo fue a la cruz con el propósito fundamental de rescatarnos de una vida de esclavitud al pecado. Tal vez usted se considera una persona muy buena, y que no es esclava del pecado. Pero no importa lo virtuosa que pueda parecer una persona, todo ser humano tiene una naturaleza pecadora (Ro 3.23).
Para hacernos libres había que pagar un precio. Pero ¿a quién? Jesús no lo pagó al diablo; pagó el precio que Dios exigía para satisfacer su justicia santa. Según Ezequiel 18.20, «el alma que pecare, esa morirá». El costo de nuestra redención fue la sangre preciosa del perfecto Hijo de Dios, y Él hizo este sacrificio en nuestro lugar. Por cuanto el Padre aceptó el pago que Cristo hizo, hemos sido libertados de la esclavitud del pecado, y recibido el poder del Espíritu Santo que nos permite vivir en la libertad de la obediencia al Padre.
Perdón. La mayoría de las personas tiene la idea de que el Señor las perdonará con sólo pedírselo. Lo que no entienden es que la base de su perdón no es su petición, sino el pago que Cristo hizo de su deuda. El Señor no puede perdonar el mal simplemente porque alguien se lo pida. Su santidad no le permite pasar por alto el pecado; tiene que ser castigado. Su justicia no le permite perdonar las transgresiones sin un pago.
Sólo por la muerte vicaria del perfecto Hijo de Dios, tiene el Padre una base legítima para poder perdonar a cualquiera que venga a Él con fe y arrepentimiento (Ef 1.7). No hay nada que podamos hacer para ganarnos su perdón. El perdón sólo se logra cuando la sangre de Cristo se aplica a nuestras vidas. Porque no podíamos pagar nuestra deuda de pecado, Jesús la pagó por nosotros. Sin su mediación, no tenemos ninguna esperanza de perdón.
Justificación. La ira justa de Dios caerá sobre la humanidad pecadora (Ro 5.8-10), pero quienes son justificados por la sangre de Cristo serán salvos de ese terrible castigo. La justificación significa que el Padre acepta la muerte de su Hijo como el pago total por nuestro pecado (Ro 3.23-26). Jesús es un sustituto satisfactorio, porque Él es el Cordero de Dios sin pecado.
Además, somos declarados justos a los ojos del Señor. Piense en la justificación como una transacción legal en la que Cristo puso todas nuestras iniquidades en su cuenta, y luego la pagó en su totalidad. Después tomó el registro contable de su vida perfecta y lo transfirió a nuestra cuenta. Ahora, cuando Dios nos mira, todo lo que ve es la perfección de Cristo. Ya no somos culpables, sino declarados legalmente justos, aunque no siempre actuemos como tales.
¡Qué privilegio tan maravilloso es ser justos a los ojos del Señor! Ahora bien, eso no significa que los creyentes pueden hacer todo lo que quieran. Recordemos esto: «Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo» (1 Co 6.20). Somos hijos de Dios, pero si comenzamos a actuar como hijos del diablo, nuestro amoroso Padre celestial hará uso de la disciplina para hacernos entrar de nuevo en razón. El regalo de la justificación debe motivarnos a vivir una vida que refleje nuestra condición libre de culpa delante de Dios.
Reconciliación. Cuando una relación caracterizada por la separación y la hostilidad se convierte en una relación de aceptación y restauración, ese cambio se conoce como «reconciliación». En el momento que Adán y Eva desobedecieron al Señor, la relación entre Dios y la humanidad fue rota, pero el Padre tomó la iniciativa de ofrecer restauración mediante su Hijo. Por medio de la sangre de su cruz, Cristo hizo posible la reconciliación, al hacer la paz entre Dios y el hombre. Además de eso, Él nos presenta libres de culpa delante del Padre (Col 1.19-22). Todas las barreras han sido quitadas, y todo creyente tiene la posibilidad de gozar de una relación personal con el Señor.
Santificación. En el momento de la salvación, Cristo le santificó a usted con su sangre (He 13.12) al aplicarla a su vida. Esto significa que fue apartado como un hijo de Dios para vivir para Él a partir de ese momento. Usted fue salvado, redimido, justificado, reconciliado y santificado.
La santificación es el proceso por el cual el Señor está transformando continuamente a sus hijos a la imagen de Jesucristo, a medida que crecemos en santidad, obediencia y conocimiento. La salvación no es el punto final sino el comienzo de los propósitos de Dios para los creyentes. Su objetivo es renovar todos los aspectos de nuestra vida para que podamos llegar a ser sus siervos, y embajadores en un mundo perdido.
Este proceso continuará por toda la vida, porque el Espíritu Santo vive en cada creyente, guiando y fortaleciendo a cada uno de ellos para que sigan adelante. Él nunca nos abandonará; hay siempre un paso más que dar en nuestro avance hacia la semejanza de Cristo y del servicio productivo para el Señor.
Acceso a Dios. Hebreos 10.19-22 nos dice que podemos entrar confiadamente en el Lugar Santísimo por la sangre de Cristo. En el Antiguo Testamento, era el recinto íntimo del tabernáculo o del templo, donde moraba Dios sobre el arca del testimonio. El sumo sacerdote era el único que podía entrar en este lugar tan sagrado, y sólo podía hacerlo una vez al año para hacer expiación por sí mismo y por la nación. Después de una cuidadosa preparación con una liturgia sagrada, entraba con la sangre de un animal para rociarla sobre el propiciatorio.
Hoy día, la única razón por la que los cristianos pueden acercarse a Dios es porque, espiritualmente hablando, están cubiertos por la sangre de Jesús. Cuando Jesús ofreció su vida como un sacrificio por los pecados del mundo, el velo del templo —que separaba a Dios del pueblo— se rasgó en dos, de arriba abajo. Este hecho sobrenatural significaba la aceptación del Padre del sacrificio de Cristo, que abrió el camino a su presencia.
Puesto que nosotros nunca participamos en el sistema de sacrificios del Antiguo Testamento, solemos dar como cosa natural nuestro acceso al Señor. Ahora no hay necesidad de sacrificar un cordero cuando queremos acercarnos a Dios. Cada vez que entramos en la sala del trono del Padre en oración, es como si Jesucristo nos mirara y dijera: «Aquí está uno de los nuestros. La sangre ha sido aplicada».
Quienes no han aceptado ser cubiertos por la sangre de Cristo, no tienen ninguna seguridad de que Dios escuchará sus oraciones. Pero el Señor promete escuchar y responder las oraciones de sus hijos, quizás no exactamente de la manera que ellos esperan, pero siempre de acuerdo con su sabia y tierna voluntad.
Limpieza diaria. Como creyentes, somos declarados justos en el momento de la salvación, pero no somos perfectos en la práctica. Aunque hemos sido perdonados por todos los pecados pasados, presentes y futuros, aún tenemos necesidad de limpieza continua por la sangre de Cristo para mantener abiertas nuestras «líneas de comunicación» con el Señor. El pecado bloquea nuestros oídos, impidiéndonos escuchar su voz, y nos priva del poder para vivir como debemos hacerlo. Pero cada vez que venimos a Dios, y confesamos nuestros pecados, Él siempre nos perdona (1 Jn 1.7-9).
La sangre de Jesús es preciosa, porque Él es el único que pudo pagar el castigo por el pecado del hombre y satisfacer la justicia divina. Si Él no hubiera aceptado venir a la tierra a morir en nuestro lugar, toda la humanidad habría quedado separada para siempre de Dios. El Señor Jesús es nuestro abogado ante el Padre. Está como un abogado entre nosotros y el Juez, y obra a nuestro favor. Cuando el pecado se yergue para condenar, Cristo se levanta, y dice: «¡Es inocente! Éste está cubierto por mi sangre, y está justificado».

CEGUERA FÍSICA Y ESPIRITUAL

ESTUDO BÍBLICO DE JOAQUIN ROLDAN ceguera-espiritualExisten dos tipos de ceguera: LA FÍSICA Y LA ESPIRITUAL. La ceguera física es cuando la persona nace con ésta condición o la adquiere posteriormente en el transcurso de su vida y debido a su condición debe enfrentar desafíos diariamente, luchar contra el temor, necesita tocar y palpar para sentirse segura.
La ceguera espiritual es la que sufren las personas que viven inseguras y temerosas porque sus ojos espirituales están velados. No se atreven a dar un salto de fe y solamente se guían por lo que pueden palpar con sus manos y esto es lo que les impide recibir todas las bendiciones de parte de Dios que son para aquellos que creen sin ver ¡que caminan por fe y no por vista!
Si tú, en este momento, solo estás viendo como se desmorona todo a tu alrededor, miras que todo está saliendo mal, que todo parece gris y no hay salida a tu situación, es porque estás viendo con tus ojos físicos y necesitas de inmediato empezar a comprender mejor las cosas desde la perspectiva de Dios. Tú puedes pedirle al Señor, que te la capacidad de ver con tus ojos espirituales de manera que puedas apreciar el cuadro completo
En la Biblia existe una historia que es un ejemplo de cómo Dios abre los ojos espirituales:
El rey de Siria había ordenó: Vayan y averigüen dónde está Eliseo, para mandar a capturarlo. Cuando le avisaron al rey que Eliseo estaba en Dotán, envió allí carros, caballos y un gran ejército. Llegaron de noche y rodearon el pueblo. A la mañana siguiente, el sirviente del profeta se despertó temprano. Cuando salió de la casa y vio un ejército con carros y caballos que rodeaba la ciudad, le dijo a Eliseo: ¡Maestro! ¿Qué vamos a hacer?
“Él le dijo: No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos” (2 Reyes 6:16)
Eliseo sabía que su sirviente no podía ver lo que él veía, así que oró a Dios para que le abriera los ojos espirituales a su sirviente:
“Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo” (2 Reyes 6:17)
Cuando Dios lo hizo ¡el criado vio a un ejército de Dios aún más grande rodeando todo el lugar!
Tú puedes orar al Señor así como lo hizo Eliseo: “Abre mis ojos Señor, ayúdame a ver el cuadro sobrenatural, el cuadro completo de lo que tu estás haciendo entre bastidores”. Dios puede levantar esa cortina de tus ojos espirituales para “mirar lo invisible” de manera que puedas ver Su mano poderosa obrando detrás del escenario en las batallas que enfrentas en la vida. Si tus ojos espirituales se abren a la realidad de Dios, vivirás confiado y te sentirás seguro.
En ésta historia, hay otra oración. Eliseo, luego de haber orado para que su sirviente pudiera ver la verdad de la protección sobrenatural de Dios; oró para que sus enemigos fueran cegados de forma tal que no lo reconocieran y se confundieran para seguir un camino diferente:
“Oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la petición de Eliseo” (2 Reyes 6:18)
Cuando Dios lo hizo, ¡Eliseo pudo librarse de sus enemigos! A veces tendrás que orar para que Dios ciegue y confunda a tus enemigos. La Palabra viva de Dios ardiendo en tu corazón te dará plena confianza. Podrás ver a Dios sentado en Su trono y teniendo absoluto control sobre tus circunstancias.
¡SI LO PUEDES VER, LLEGARÁS A VIVIRLO!
no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. (2 Corintios 4:18

EXISTE TRES CIELOS

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EXISTEN TRES CIELOS, PRESENTADOS POR LA BIBLIA
La mayoría de los cristianos generalmente hablamos del cielo como algo único, cuando en realidad la Biblia nos enseña otra cosa, que a su vez revela un principio de autoridad espiritual estipulado por Dios, el Creador. Son muchos los pasajes bíblicos donde aparece la palabra plural “cielos”. ¿Acaso existen varios cielos?
Leamos a continuación algunos pasajes de la Palabra de Dios referido al tema que estamos tratando hoy:
Deuteronomio 10:14
«He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella.»
Deuteronomio 4:19
«No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.»
1 Reyes 8:27
«Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?»
Nehemías 9:6
«Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran.»
Salmos 148:4
«Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos.»
Estos pasajes nos muestran que existe más que un cielo. El panorama se aclara cuando leemos en el Nuevo Testamento el pasaje de 2 Corintios 12:2: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo.»
La lectura de estos versículos nos enseña la existencia de tres cielos y no solamente un cielo. Quizás esta diferencia pueda parecer irrelevante para el entendimiento natural, pero es una revelación poderosa para comprender la dimensión sobrenatural, la cual como creyentes en Cristo necesitamos saber.